Ciudad de México. Las altas tasas de interés que hay en el país, propiciadas por el incremento en la tasa de referencia del Banco de México (BdeM) –instrumento que fija el costo al que se financian personas y empresas— han comenzado a frenar la demanda por préstamos bancarios por parte de la población, afirmó Felipe García Ascencio, director general de Santander México.
Explicó que, luego de un primer semestre en el que el dinamismo del crédito sorprendió de forma positiva, las elevadas tasas de interés han pasado factura sobre el ritmo al que se coloca el financiamiento, aunado a una incertidumbre global por temores de la desaceleración económica.
“Sí empezamos a ver un poquito de menos de flujo de crédito y sectores o segmentos donde se empiezan a apretar un poquito las cosas, entonces sí pensamos que va a haber una desaceleración en la segunda mitad del año, pero 2023 ha sido bueno, el empleo sigue alto, los niveles de consumo siguen buenos, pero no creo que esta segunda mitad vaya a estar tan dinámica como estuvo la primera”, dijo el directivo del banco.
“Naturalmente (la desaceleración del crédito) es a raíz de la subida de tasas que la gente se empieza a cuidar un poco más, se ha usado buena parte del ahorro, en la pandemia teníamos más, salíamos menos, consumíamos menos, se ha usado parte de este ahorro y ahora con estas tasas se ajusta el nivel consumo”, enfatizó Ascencio.
Específicamente, detalló, el segmento en donde la institución financiera observa una menor demanda por préstamos es en el de consumo, aquel que incluye las tarjetas de crédito, los préstamos personales, los de nómina, los automotrices, entre otros.
“En consumo vemos menor demanda, la cantidad de depósitos también está creciendo menos, entonces la economía se hace un poco más lenta”, apuntó García Ascencio.
Tras una conferencia de prensa de la microfinanciera del banco, el directivo señaló que al mismo tiempo que la demanda por préstamos comienza a desacelerar, se observa un incremento en los niveles de impago, aunque no es algo que por el momento les cause mayores preocupaciones.
“Está aumentando el impago, pero es muy gradual, muy bajo, no es una preocupación, sí hay un cambio de tendencia, venía bajando cuando pensamos que iba a subir, y ahora vemos que repunta la tasa de impago, pero nada que sea grave”, señaló.
Según las últimas cifras de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), al cierre abril, el saldo de la cartera vigente de créditos al consumo de Santander sumó 159 mil 911 millones de pesos, un incremento de 23.4 por ciento, en términos nominales, con respecto a lo reportado el mismo mes del año previo.
El índice de morosidad en estos préstamos alcanzó un nivel de 2.81 por ciento (el equivalente a unos cuatro mil 493 millones de pesos), lo que significó un alza de 0.18 puntos porcentuales con respecto a lo reportado en abril de 2022, cuando el índice de impago se colocó en 2.63 por ciento.
No obstante, García Ascencio refirió que el dinamismo de la economía mexicana, en general, fue bueno durante la primera mitad del año y “aunque es verdad que se ha desacelerado no es al nivel de lo que pensábamos, entonces los pronósticos de crecimiento han ido al alza”.