Ciudad de México. El incremento de la deuda pública en la actual administración se enfila a ser el menor de los últimos cinco gobiernos. No obstante, se han gastado 3 billones 370 mil 972 millones de pesos en el pago de intereses y otros costos derivados del endeudamiento, por encima de los 3 billones 229 mil 925 millones de pesos que se han destinado a inversión productiva; tendencia que de seguir igual hará que este sea el primero de los últimos tres sexenios que termine erogando más en sus obligaciones financieras que en inversión física.
Datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público muestran que a raíz del encarecimiento histórico del crédito en México, así como de los altos niveles de la tasa de interés en mercados de referencia –por ejemplo Estados Unidos, donde la política monetaria se encuentra cerca de la registrada durante la crisis financiera de 2008–, el costo financiero de la deuda ha acotado más el margen de las finanzas públicas.
Desde julio del año pasado el costo financiero de la deuda pública viene creciendo a doble dígito, con excepción de diciembre. Esos incrementos se han vuelto una constante debido al encarecimiento del crédito a nivel internacional. Si bien no es novedad esa tendencia, de no haber una inflexión y mayor gasto en inversión física, éste será el primero de los últimos tres sexenios en que se destine más, como parte del gasto neto del sector público, al pago de intereses de su deuda que a inversión productiva.
Comparativo
Los datos de Hacienda, disponibles desde 1990, muestran que al cierre del sexenio de Ernesto Zedillo, el saldo de la deuda aumentó 129 por ciento, mientras el gasto en inversión física lo hizo en 239.3 por ciento y 260.3 el destinado al pago de intereses por la deuda pública. En el de Vicente Fox, el saldo de la deuda pública neta aumentó 41 por ciento, mientras creció 95 por ciento el gasto en inversión física y 51.1 por ciento el costo financiero.
Cuando Felipe Calderón ocupó la presidencia se registró el mayor incremento en el saldo de la deuda pública neta, al aumentar 175.8 por ciento; el gasto en inversión física avanzó 178.2 y el erogado por los intereses de la deuda lo hizo en 25.3 por ciento. Con Enrique Peña Nieto el saldo de la deuda creció menos, se duplicó, 107.5 por ciento, el gasto en inversión física avanzó 36 por ciento y el destinado al costo financiero lo hizo en 75 por ciento.
La actual administración tiene más de un año por delante, por lo que las cifras no son del todo comparables. Hasta mayo de 2022, el saldo neto de la deuda pública ha crecido 30.6 por ciento respecto al cierre del sexenio pasado; el gasto en inversión física es 24.6 por ciento menor al que concluyó también el anterior mandato, mientras el costo financiero de la deuda ha absorbido 28.3 por ciento más recursos.
Hasta mayo de 2023 el gasto neto destinado al costo financiero de la deuda en la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador es 4.37 por ciento mayor al que se ha dirigido a inversión financiera. En los dos sexenios anteriores esta comparación se recargó sobre la inversión física, de 2007 a 2012, el costo financiero absorbió 52.31 por ciento menos que la primera; y entre 2013 y 2018 fue 38.64 menor.