Ciudad de México. Con base en información de sus “gargantas profundas”, el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que Xóchitl Gálvez será impuesta como representante del bloque conservador para la contienda electoral. Hace 15 o 30 días, el “gerente” de este grupo, Claudio X. González, realizó un proceso de consulta con la oligarquía –que aporta dinero para campañas y guerra sucia– e intelectuales orgánicos donde se definió su postulación.
“¿Por qué deciden a favor de la señora Xóchitl? Porque ellos suponen, ¿no?, que si nació en un pueblo, va a tener el apoyo del pueblo. Es en realidad parte de ellos, no del pueblo, sino ella forma parte de los conservadores. No es de los arriba, pero sí forma parte del mismo agrupamiento, porque en el bloque conservador hay nivelitos?” Se consultó a los intelectuales (Héctor Aguilar Camín, Enrique Krauze, Jorge Castañeda) y con los dueños de los medios.
Trabajó con Vicente Fox como directora del Instituto Nacional Indigenista, “porque pues tiene convicciones muy definidas en favor del pueblo pobre, la única elección que ha ganado, no sé si otra, fue de jefa delegacional en Miguel Hidalgo, donde viven los más ricos de México, porque ahí están Las Lomas, y son los que ahora la están apoyando”.
En conferencia, cumplió su ofrecimiento de que revelaría detalles del pacto conservador rumbo a los comicios, en el que destacó dos elementos centrales en torno a la decisión a favor de Gálvez: el debilitamiento de los partidos políticos opositores y el encumbramiento de un poder fáctico que impone las decisiones. Es por ello que muchos de los aspirantes a la candidatura están declinando para no asumir el papel de comparsas.
“Hay un poder de facto que borró por completo a los partidos. No puede el INE decir que estoy cuestionando a los partidos. Doy a conocer un fenómeno antidemocrático y totalmente contrario a la Constitución. No es posible que se simule que hay un partido, que se lucha por la democracia, cuando en realidad lo que existe es un grupo de interés creado, un grupo de poder económico, de poder político, un grupo de presión, un mazacote que no se había visto en la historia del país.”
López Obrador condenó este poder informal que se ha asumido como oposición a un gobierno legal y legítimamente constituido, con base en el dinero, el autoritarismo y la manipulación mediática. “Los partidos políticos de oposición ya no son determinantes o no influyen en la vida política”, recordando que el PRI se fundó en 1929 y el PAN en 1939, pero ahora en la historia reciente desaparecen y su líder es un gerente.
Consideró la definición por Gálvez como un “dedazo” operado por Claudio X. González en consulta con “los de arriba”, sugiriendo que dejarle el papel central es hasta ofensivo con los políticos: “¿Qué experiencia política puede tener Claudio X. hijo. Es hasta ofensivo, porque la política es un oficio”.
Con ironía, mostró el cartón del monero Hernández de La Jornada para evidenciar lo que realmente son sus orígenes políticos. A partir de una foto de la infancia de Gálvez, sus familiares fueron sustituidos por el cartonista con Carlos Salinas, Vicente Fox, Diego Fernández de Cevallos… “Este es Claudio hijo. ¿Cómo se llama el personaje de Luis Buñuel?”
Para el Presidente, lo que decidieron no es un candidato de un partido, en realidad es un representante de la oligarquía, de este grupo conservador, que son los que han estado imponiéndose durante década. No son demócratas, son oligarcas, utilizan como fachada la democracia y de esa manera también legitiman el detentar el poder público, pero hay que separar el poder económico del poder político, indicó.