Al menos un niño ha muerto y cinco personas han resultado heridas tras un tiroteo contra una aldea indígena yanomami en la región de Parima de Roraima, en el norte de Brasil.
El Ministerio de los Pueblos Indígenas brasileño (MPI) no ha aclarado la autoría del ataque, aunque ha asegurado que el gobierno continúa luchando para que los mineros ilegales se retiren de tierras indígenas.
Al lugar del tiroteo acudieron funcionarios del ministerio junto con agentes de la Policía Federal, militares e integrantes de la Fuerza de Seguridad Nacional. Además, las autoridades enviaron un helicóptero desde Boa Vista para ayudar a las víctimas, según ha publicado el diario Jornal do Brasil.
"El MPI reitera que continúa trabajando con las demás esferas del gobierno para buscar el retiro total de los mineros de las tierras indígenas. Esta actividad no solo degrada el medio ambiente, sino que atenta contra la forma de vida y toda la organización social de los pueblos indígenas", ha informado la cartera ministerial, según recoge el citado diario.
Violencia en territorio indígena en el norte de Brasil
El pasado mes de mayo murieron al menos 17 personas (mineros e indígenas) tras el aumento de las hostilidades en la comunidad de Uxiú, territorio de los indígenas yanomami en el norte de Brasil, donde hay una gran presencia de minería ilegal, que ha vuelto a amenazar a esta comunidad indígena, que estuvo a punto de "sucumbir" por la presencia de 40 mil mineros ilegales.
Las actuales violaciones de los derechos indígenas y los crímenes ambientales han llevado al Gobierno brasileño a declarar la emergencia sanitaria pública en tierras yanomami.
Aunque ahora se estiman en 20 mil los mineros que actúan en la región según O Globo, en la actualidad tienen una mayor capacidad de dañar a los indígenas debido a que sus equipos y armas son más destructivos.
Mientras que en el pasado la minería ilegal tenía un "aura artesanal", ahora se han sumado "poderosos empresarios, narcotraficantes y políticos", lo que vuelve a poner en "riesgo de exterminio" a esta etnia indígena, según declaraciones de la antropóloga Alcida Ramos recogidas por O Globo.
Los alimentos y el agua empiezan a escasear en la región debido a que los animales huyen de las máquinas y los ríos son contaminados por el mercurio utilizado para separar el oro y, según el Instituto Socioambiental brasileño (ISA), la minería ilegal ha contribuido a aumentar la desforestación de la reserva en un 309 por ciento entre octubre de 2018 y diciembre de 2022.
Según datos del Distrito Especial de Salud Indígena de Brasil, el aumento de la malaria y la minería están estrechamente relacionados; un estudio de la organización demuestra que en 2003, con baja actividad minera, hubo 246 casos de esta enfermedad, mientras que en 2021, con el repunte de la minería, se notificaron 21 mil 883 casos de malaria.