Ciudad de México. El Ciclón del Sureste, el hombre del overol, el inmortal Chico Che fue recordado a 34 años de su fallecimiento en un homenaje en el Complejo Cultural Los Pinos, donde sonó música con sabor a trópico interpretada por el hijo del músico tabasqueño quien continúa con la leyenda.
Chico Che Chico, de lentes oscuros, overol negro y camisa blanca, causó un buen bailongo entre las miles de personas, de todas edades, que disfrutaron con los temas que hizo famosos su padre.
El restaurantito, Qué culpa tiene la estaca, Quén pompo, Los nenes con las nenas, Uy qué miedo, Macorina pon pon y Dónde te agarró el temblor fueron las rolas que prendieron los ánimos. Se armó el baile; las parejas danzaban en torno al escenario, mientras algunos solos dejaban ver sus mejores pasos.
Chico Che Chico, con sus músicos y bailarines, mostró que es el heredero de una gran tradición musical, pero en versión moderna, luego de haber debutado en 2018.
Con El africano vibró el espacio y al unísono los asistentes acompañaron al cantante en la letra: “Mami, el negro está rabioso quiere pelear conmigo avísale a mi papá. Mami yo me acuesto tranquila me arropo pie a cabeza y el negro me destapa”. Y se oyó la bulla tabasqueña.
Amanecer de mi tierra, Vamos a Tabasco y La bamba también se escucharon en voz de Chico Che Chico, quien deleitó a los presentes con temas que han cobrado vigencia y las nuevas generaciones están descubriendo.
Roberto Carlos, nombre real de Chico Che Chico, expresó: “Este festejo especial, un homenaje a un personaje como fue mi padre que está a punto de cumplir 35 de haber partido, pero su música está más presente que nunca en los corazones”.
Cuando murió el tabasqueño, Roberto Carlos tenía 7 años y se preparó durante más de 30 años para continuar con el legado de su padre, fallecido el 29 de marzo de 1989.
Ahora, Chico Che Chico, con voz muy parecida a la de su progenitor, generó expectación entre los miles de asistentes que departieron con alegría en el espacio al aire libre, donde acostados, sentados o bailando gozaron con la música de la estrella del sureste.
Piezas divertidas de temática social
El cantante ya había comentado a este diario que las cerca de 400 canciones compuestas por su padre “son piezas divertidas en las que estaban presentes la temática social, la causa campesina, las desgracias… tenían una ideología y, por ello, para mí, fue un compromiso continuar con su legado”.
“Chico Che no ha muerto!”, se escuchó en el helipuerto, luego de que se entregó a la familia Hernández Rodríguez el Micrófono de Oro, otorgado por la Asociación Nacional de Locutores de México en memoria del músico tabasqueño.
Ayer la jornada fue festiva, de diversión, una especie de verbena, para relajarse y olvidar el trajín cotidiano con un programa artístico dedicado a Chico Che, Francisco José Hernández Mandujano, el inolvidable intérprete de De quén chon.
La Sonora Yokot’an antecedió a Chico Che Chico y puso el ritmo del sureste en la gran carpa colocada en el helipuerto.
El homenaje empezó a medio día en la cancha de tenis techada, con la inauguración de una muestra, que incluye obra de Pedro Vidal Ovando, el Maestro Peter, artista plástico y profesor de dibujo, quien también fue amigo de Chico Che y ha inmortalizado su imagen en varias de sus pinturas.
Sobre su amistad con el legendario músico, el artista compartió: “Nos conocimos desde la adolescencia y en mis obras se encuentran plasmados aspectos que sabía de él; conozco desde cómo se paraba en el escenario hasta todo lo relacionado con su trayectoria”.
Maestro Peter ha colaborado para que el legado de Chico Che no se olvide, pues “nos representa y no existe otro artista tabasqueño que nos haya dado a conocer a escala nacional e internacional como el intérprete, quien murió sorpresivamente cuando aún era joven”.
En torno a su trabajo plástico referente al músico, contó que comenzó hace 33 años y hasta la fecha es autor de 55 cuadros. “Es mi colección privada de Chico Che, que espero llegue a 80 piezas en cinco años, porque es la que voy a dejar al pueblo de Tabasco; además, pinté un mural dedicado a la 4T y deseo que sea visto por el presidente Andrés Manuel López Obrador cuando vaya a nuestra tierra”.
Las técnicas a las que recurre el Maestro Peter en sus pinturas son “acuarela y acrílico sobre lienzo, con la imagen del músico en todas las corrientes pictóricas como la figurativa, impresionista, abstracta y surrealista… Chico Che encaja en todas ellas”.
Con la presencia de la familia del legendario músico, se abrió la muestra que sólo estuvo expuesta el domingo. En el acto, Feliciano Wong Ortiz, del Centro Cultural Olmeca Difusión y Rescate sostuvo: “El carácter festivo, reflexivo y profundamente humano es el de un personaje que fue depositario de un don, de una gracia otorgada para el desempeño de su misión, la cual supo transmitir con su genio musical, haciendo fácil lo difícil, icónico, controversial, atrevido, picaresco, Chico Che más que un personaje es legado”.
El homenaje al intérprete de Ton’s que mami y Ni tan gorda ni tan flaca, fue organizado por el gobierno de México y la Secretaría de Cultura federal en conjunto con Concepción Rodríguez, viuda de Chico Che y sus hijos Harley y Francisco José Hernández Rodríguez. Chico Che Chico seguirá de gira en Tuxtla Gutiérrez y Comitán, entre otras ciudades del país.