Ciudad de México. Sin ensuciarse, sin jugar, México consiguió una medalla de oro histórica en el beisbol. La novena tricolor aguardó durante un par de horas para disputar la final ante Cuba en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de San Salvador 2023, pero la lluvia impidió que saltaran al terreno. Una victoria en un partido que nunca ocurrió.
Cuando todo mundo miraba un diamante cubierto por una lona y anegado por la lluvia que no cesaba, de pronto por los altavoces se escuchó el anunció que debido al clima y a las condiciones del terreno, el juego no podía disputarse. En las gradas resonó el lamento generalizado y los silbidos. Entonces vino el anuncio sorpresivo que de acuerdo con las consideraciones técnicas y reglamentarias se declaraba campeón a México.
“Debido a la lluvia que no deja de caer, obliga a los directivos a cancelar el juego por la presea de oro, ya que el terreno no cuen-ta con las condiciones idóneas para iniciar el partido. De acuerdo con el reglamento de la Confedera-ción Mundial de Beisbol y Softbol, co-mo establece en los artículos C11 y C12, el procedimiento a seguir es que México gana la medalla de oro”, se escuchó con esa voz anónima.
La respuesta en las gradas fue de júbilo. Tales artículos del reglamento establecen que si la lluvia no permite disputar el partido de la final, el campeón será determinado por el mayor número de victorias durante el torneo round robin; es decir, la ronda de todos contra todos.
En esa etapa, México tuvo los mejores números para subir al podio, pues quedó con marca de 5-1 mientras Cuba finalizó con 4-2.
Era una final esperada, pues los tricolores nunca habían ganado este campeonato regional que se disputa desde 1926 y el equipo de la isla es el máximo ganador con 15 títulos.
Paso arrollador
Los aficionados mexicanos esperaban ver a su equipo en este duelo decisivo. El paso de la novena que dirigió Enrique Che Reyes alimentó esas expectativas. Durante los juegos de la ronda de apertura el Tri tuvo un paso destacado. Derrotó a Cuba con autoridad por 4-0 en su debut en San Salvador.
Después venció 4-0 a los locales salvadoreños en un choque donde los tricolores dieron la impresión de no necesitar emplearse a fondo. Siguió una blanqueada de 7-0 que le impusieron a Nicaragua y entonces sufrieron su única derrota, ante República Dominicana por 6-2. Retomaron el sendero de la victoria al superar 5-4 a Puerto Rico y 11-1 a Venezuela. Ese fue el argumento contundente para conseguir su primer campeonato en los Juegos Centroamericanos.
La lluvia no permitió que iniciara el partido programado para las 18 horas en el estadio Saturnino Bengoa de San Salvador. Mientras el campo estaba cubierto por una lona, los peloteros aguardaban el momento decisivo para salir a disputar el título.
Horas de incertidumbre
Los minutos pasaban con su carga de incertidumbre, goteaban. Los jugadores esperaban a que el clima cediera algo y mientras tanto a engañar al aburrimiento o la impaciencia, como suele suceder en el beisbol cuando hay mal tiempo.
Dos horas más tarde ocurrió lo inesperado: El beisbol mexicano ganó su primera medalla de Juegos Centroamericanos… sin pisar el diamante. No hubo batazos fuera de los jardines ni atrapadas espectaculares ni duelos de nervios entre serpentineros. Lo que sucedió en su lugar fue la aburrida espe-ra que desembocó en una medalla de oro que muchos quisieran que se hubiera ganado con un apasionado y cerebral juego.
Pese a todo, la novena nacional exhibió el mejor beisbol del torneo. En 22 entradas consecutivas no permitieron carrera y a Venezuela le derrotaron por nocaut, es decir, según la reglas de este torneo, si un equipo supera al rival por al menos 10 carreras en la quinta entrada, se decreta la victoria.
La selección de jugadores provino de la Liga Mexicana de Beisbol y Fernando Villegas, de los Saraperos de Saltillo, fue la gran figura con una actuación memorable. Ganó la triple corona de bateo con un promedio de .611, conectó cuatro cuadrangulares y remolcó 13 carreras.
El montículo tricolor tuvo momentos destacados con Wilmer Ríos con dos victorias en iagual número de aperturas, Alexandro Tovalín, con tres salidas y efectividad de 2.10 en 3.1 episodios, y Samuel Zazueta, con 2.1 entradas de labor sin admitir carreras, realizó tres apariciones y salvó un juego.
El jugador de Leones de Yucatán, Norberto Obeso, no ocultó la alegría del título y que así estaba estipulado en el reglamento que conocían desde que inició el torneo.
“Hay cosas que no se pueden controlar como la lluvia. Desde el principio del torneo se conocían las reglas y se nos dijo que había que ganar a como diera lugar. Carre-ra por carrera que se anotara sería importantísima, esa regla se nos aplicó a todos y pues al final nos favoreció. Debemos reconocer a Cuba, ellos también hicieron su esfuerzo, pero lamentablemente perdieron dos juegos y eso fue lo que les dio la medalla de plata. Seguro iba a ser un juego buenísimo”, señaló Obeso.
Antes, Venezuela derrotó 8-7 en ocho entradas a República Dominicana en el duelo por el bronce.