Ciudad de México. En la presentación del técnico brasileño André Jardine, el América sufrió un batacazo en el estadio Azteca ante los Bravos de Juárez (1-2) en la jornada inaugural de la Liga Mx. Ya desde el pasado periodo de contrataciones, el desinterés que inspiraron las Águilas entre los entrenadores más calificados era un indicio del profundo impacto que sufrió su estructura, todo ello desencadenado por la salida de Fernando Ortiz.
Después de rechazos y silencios de una larga lista de candidatos, los fichajes del técnico Jardine y Kevin Álvarez no bastaron para advertir un perfil más alto en su plantilla.
Pero tan pronto como empezó a difundirse la probable contratación de Julián Quiñones, flamante delantero bicampeón con el Atlas, cientos de aficionados en el estadio Azteca miraron con otros ojos el partido contra Juárez. Tras el final del proyecto del Tano Ortiz, sucedido por la eliminación en semifinales de la Liga contra el Guadalajara, la carta de Quiñones activó de nuevo la fuente de ilusiones en Coapa.
Aunque aún restan detalles para que la operación sea confirmada, vendedores de camisetas a las afueras del inmueble contabilizaron los primeros pedidos con el 33 del colombiano. “Por lo menos unas 20 personas vinieron a preguntar si ya tenemos la de Quiñones”, explicaba el señor Ignacio, comerciante de una gran variedad de artículos del América. “Aquí se va a vender como pan caliente”.
Hace días que las Águilas encomendaron a su nuevo técnico la construcción de un plantel ganador. Jardine recibió el mensaje y su respuesta fue firme: “Este equipo debe pensar en los mejores jugadores de la Liga”. Uno de ellos era Quiñones, pero, a la espera de su arribo, el brasileño ajustó las pocas piezas con las que cuenta para buscar su primera victoria en el inicio de la Liga Mx.
Corrían 15 minutos cuando el argentino Leo Suárez, con un zurdazo de tiro libre a segundo poste, sorprendió al portero Alfredo Talavera y encendió el sistema de fuegos artificiales detrás de la portería con el 1-0. A partir de entonces, el América sólo estuvo a la altura del resultado, no de sus exigencias. El desencanto de una suma de errores e imprecisiones, sumado al horario poco habitual del viernes por la noche, sólo fue equiparable con el vacío de gran parte de las tribunas.
Los Bravos parecieron arrastrar el yunque de su historia reciente, la de haber transitado en los últimos lugares durante temporadas pasadas. Con el joven técnico Diego Mejía en el banquillo, lo más peligroso de los fronterizos fue el contraataque. Ahí estuvieron el colombiano Avilés Hurtado y el español Aitor García, soldados de una guerra solitaria que hacia el final logró causar daños en la portería de Óscar Jiménez.
García entró por la derecha luego de varios toques y cruzó su remate de derecha, en una jugada que inició desde un saque de banda (85). No está claro si Jardine es el hombre indicado para dotar a las Águilas del carácter competitivo que acostumbran, pero anoche se escucharon ligeros silbidos de aficionados que acompañaron su presentación.
Porque, después del 1-0, ninguno de sus avances con Diego Valdés, Leo Suárez y el joven Román Martínez –único centrodelantero ante la ausencia del capitán Henry Martín– terminó por inquietar a los zagueros de Juárez. Por el contrario, Ángel Zapata se encargó de hacer el segundo antes del silbatazo del árbitro (90+5) para consumar la primera gran decepción del torneo en el templo americanista.
En el estadio Kraken, Mazatlán rescató un empate 1-1 con Pachuca en el debut del técnico español Ismael Rescalvo. En un encuentro cerrado, el argentino Lucas Di Yorio adelantó a los Tuzos al recibir un pase dentro del área para sacudir las redes al minuto 45+2.
Aunque sufrió en el duelo, la escuadra de Sinaloa consiguió el empate a los 61 minutos cuando Eduard Bello conectó un remate de cabeza.
Al término del encuentro, Jardine se refirió a la probable llegada de Quiñones y la consideró necesaria ante la falta de opciones en ataque. “Es un jugador con muchos goles, pero hasta que esté confirmado podemos estar tranquilos. Es importante tener un segundo delantero por la ausencia larga de Henry”.