Aunque las autoridades rusas cerraron la causa penal contra el magnate Yevgueni Prigozhin –parte del acuerdo que permitió abortar la rebelión del grupo de mercenarios Wagner el pasado fin de semana–, la campaña de desprestigio lanzada por el presidente Vladimir Putin contra su antiguo protegido, retomada con renovado ímpetu por la televisión pública y por los bloqueros oficialistas en las redes sociales, pasó a segundo plano este jueves ante las noticias que apuntan hacia la inequívoca decisión del titular del Kremlin de quitar al “traidor”, así definido por el mandatario ruso, todas sus fuentes de millonarios ingresos, así como medios de influencia.
Por un lado, aparte de que comenzó a desmantelarse el consorcio Konkord cuyos contratos de suministro de alimentos al ejército le dejaban pingües ingresos, emisarios de la Cancillería rusa están volando con destino a Siria, Sudán, la República Centroafricana, Malí y otros países de África.
De acuerdo con información oficial, viajan ahí para comunicar que el grupo Wagner ya no va a prestar sus servicios, pero Rusia garantiza que tendrán los “instructores” que necesiten, bajo otro nombre y con otro jefe. Esto se refiere a los cerca de 20 contratos que tenía el grupo Wagner en el Continente Negro.
No es claro que va a pasar con los activos de Prigozhin en Siria y África –pozos petroleros, yacimientos de diamantes y oro, entre otros–, con un valor estimado de 25 mil 600 millones de pesos, los cuales será imposible mantener sin el respaldo oficial de Rusia. Los analistas coinciden en que el empresario caído en desgracia tendrá que venderlos a la baja a otros hombres de negocios rusos, indicados por el Kremlin.
Por el otro lado, el magnate Yuri Kovalchuk, una de las personas más cercanas a Putin, emergió este jueves como el más probable comprador del grupo de medios Patriot (periódicos y sobre todo canales de noticias en Telegram y otras redes sociales) que dejó de operar hace unos días y pertenece a Prigozhin.
La influencia mediática que llegó a tener Prigozhin se basa en lo que él admitió hace tiempo como idea suya: fundar la llamada fábrica de troles, cuya sede en San Petersburgo se encargó de inundar las redes sociales con mensajes para intentar influir en las elecciones de Estados Unidos en favor de un candidato –con esas palabras lo dijo–, mediante la difusión de noticias falsas, agregaron las autoridades estadunidenses que investigaron el torrente de mensajes enviados desde Rusia.
¿Dónde está el general Surovikin?
Desde el sábado anterior nadie ha visto al general Serguei Surovikin, comandante en jefe de las fuerzas aéreas y espaciales de Rusia y vicecomandante de la operación en Ucrania, quien mantenía una estrecha relación de simpatía recíproca con el defenestrado Prigozhin, lo que desató un tsunami de todo tipo de especulaciones.
Versión rusa de lo ocurrido en Kramatorsk
Mientras Ucrania pone el acento en que el impacto de un misil de crucero en una pizzería en Kramatorsk, la noche del martes anterior, causó 12 víctimas mortales, entre ellas tres menores de edad, y 60 heridos, el ministerio de Defensa ruso volvió a referirse este jueves a ese ataque y afirmó, con dos días de retraso, que mató a dos generales y hasta 50 oficiales del ejército ucranio.
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