Kramatorsk. Al menos 11 personas murieron y más de 60 resultaron heridas en un bombardeo contra un restaurante en Kramatorsk, el último gran centro urbano bajo control de Kiev en el este del país. El ataque, del que Ucrania responsabilizó a Rusia, destruyó el restaurante Ria Pizza, un establecimiento popular entre soldados y periodistas y personal humanitario en la ciudad, donde los medios ucranios señalaron la presencia de instructores militares extranjeros.
“Once personas murieron y 60 resultaron heridas por el ataque ruso en Kramatorsk”, indicó ayer la policía ucrania en Facebook. Tres menores figuran entre los fallecidos, y un niño nacido en 2022 entre los heridos, dijo el servicio de emergencias de Ucrania en Telegram.
Las operaciones de rescate continúan, agregaron los socorristas, al señalar que siete personas fueron halladas con vida entre los escombros. Según la policía ucrania, Rusia lanzó el martes dos misiles contra la ciudad, cercana a Bakhmut y que tenía 150 mil habitantes antes de la guerra.
El presidente ucranio, Volodymir Zelesnky, informó que fue detenida “la persona que coordinó este ataque terrorista”.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró ayer que “Rusia no ataca infraestructuras civiles, ataca instalaciones ligadas de una manera u otra a infraestructuras militares”.
Además del restaurante, hubo daños en apartamentos, comercios y otros edificios, según la fiscalía ucrania.
El ministerio ruso de Defensa afirmó por su lado que atacó un “punto de despliegue temporal” de la 56 brigada de infantería mecanizada de las fuerzas armadas ucranias.
Arresto de general ruso
El comandante adjunto de tropas rusas en Ucrania, Serguei Surovikin, fue arrestado, informó The Moscow Times, que citó a dos fuentes cercanas al Ministerio de Defensa, que hablaron bajo anonimato. Previamente, The New York Times señaló que Surovikin conocía de antemano las intenciones del jefe del grupo Wagner, Yevgueni Prigozhin, quien protagonizó una rebelión el fin de semana.
“La situación con él no estuvo bien para las autoridades. No puedo decir nada más”, afirmó una de las fuentes a The Moscow Times. Según la otra fuente consultada, el arresto se llevó a cabo “en el contexto de Prigozhin (…). Aparentemente él escogió el bando de Prigozhin (durante la rebelión) y lo tienen agarrado de la pelotas”.
El Ministerio de Defensa no confirmó oficialmente la información; tampoco la desmintió.
Los primeros rumores sobre el arresto de Surovikin fueron publicados por el bloguero militar Vladimir Romanov, quien señaló que el general fue arrestado el 25 de junio, un día después del alzamiento. Surovikin no ha sido visto desde que grabó un video en el que rechazó el motín en las primeras horas de la mañana del sábado.
“Surovikin no ha estado en contacto con su familia durante tres días. Sus guardias tampoco responden”, confirmó el periodista y presentador ruso Alexei Venediktov.
Prigozhin quería detener a los jefes de las fuerzas armadas rusas, pero descubrieron sus planes obligándole a adelantar la rebelión de la semana pasada, aseguró The Wall Street Journal.
Según el periódico, que cita a funcionarios occidentales anónimos, Prigozhin quería arrestar a Serguei Shoigu, ministro de Defensa, y al jefe del Estado Mayor, general Valeri Guerasimov, durante un viaje previsto al sur del país. Pero el servicio de seguridad nacional ruso FSB se enteró del plan, por lo que Shoigu y Guerasimov cambiaron el viaje, señaló el periódico. Esto obligó a Prigozhin a adelantar sus planes y el viernes sus fuerzas se apoderaron del cuartel general de Rostov del Don, centro logístico y de mando clave para la guerra en Ucrania, antes de iniciar una marcha hacia Moscú.
El sábado el jefe paramilitar retrocedió y el lunes aclaró que su intención era salvar a la organización y no derrocar al líder del Kremlin; Prigozhin acusa al ministro de Defensa ruso y al jefe del Estado Mayor de ser incompetentes y de haber sacrificado a decenas de miles de militares rusos en Ucrania.