La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) confirmó que la muerte de 300 aves marinas en las costas del Pacífico mexicano, que reportó hace más de dos semanas, fue por la falta de alimento ocasionado por el calentamiento de las aguas en el mar derivado del fenómeno meteorológico de El Niño.
Tras concluir el operativo de emergencia para determinar las causas de la muerte masiva de aves, la dependencia descartó la presencia de virus aviares, como la influenza de alta patogenicidad AH5N1 y la enfermedad de Newcastle.
La investigación epidemiológica –que incluyó captura de aves deshidratadas y con bajo peso y necropsias realizadas por veterinarios y biólogos especialistas– inició el 9 de junio pasado y concluyó que los animales murieron de “inanición, es decir, de extrema debilidad física” provocada por la falta de alimento.
“Lo anterior derivado del fenómeno meteorológico de El Niño, que causa un incremento en la temperatura de las aguas del Pacífico y provoca que los peces bajen a la profundidad en busca de aguas más frías, hecho que impide a las aves marinas capturar su alimento”, explicó en un comunicado.
La Sader indicó que en el operativo de emergencia participaron más de 50 técnicos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), quienes recorrieron ocho mil 291 kilómetros en vehículo, 166 a pie y 79 kilómetros en lancha, a través de 69 rutas.
También colaboraron médicos veterinarios de la Comisión México-Estados Unidos para la Prevención de la Fiebre Aftosa y otras Enfermedades Exóticas de los Animales (CPA) de la dirección de Salud Animal del Senasica, quienes realizaron 33 investigaciones y visitaron 180 puntos de contacto, en los que promovieron la notificación de avistamiento de aves enfermas o muertas.
El Senasica explicó que la investigación reveló que la especie más afectada es la pardela de dorso gris (Ardenna grisea), también denominada pardela oscura o fardela negra.
Esta ave marina que llega a volar entre 500 y 900 kilómetros por día, por lo que requieren de altas cantidades de alimento para sobrevivir y, en este momento, no encuentran en la superficie del mar suficientes peces para cubrir sus necesidades energéticas.
El equipo de trabajo identificó a las aves afectadas en las zonas costeras de los estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Colima, Nayarit, Sinaloa, Sonora, Baja California y Baja California Sur; realizó necropsias; inspeccionó a las aves; tomó y envió muestras a los laboratorios oficiales y coordinó la disposición sanitaria de cadáveres.
Una vez que los servicios veterinarios oficiales descartaron que la causa de la muerte masiva estuviera relacionada con algún patógeno exótico, como del virus de influenza aviar AH5N1 o la enfermedad de Newcastle, el organismo de Agricultura reiteró el llamado a la población que observe aves muertas en las costas del Pacífico a que se comuniquen con la autoridad municipal para que se lleve a cabo el manejo y disposición sanitaria de los cadáveres, por enterramiento o cremación.