La atención a la violencia de género en contra de mujeres y niñas sigue siendo una deuda histórica en América Latina, “los estados no sólo no han puesto prioridad en los recursos, en los métodos de prevención y respuesta, sino que, en muchas ocasiones, terminan siendo quienes la perpetran”, manifestó Ericka Guevara, directora de la Oficina Regional de las Américas de Amnistía Internacional (AI).
En el foro regional Tejiendo redes contra la impunidad en las Américas, refirió que la zona ocupa los primeros lugares en los índices de feminicidio, de desaparición forzada, de violencia sexual, de embarazos en niñas y adolescentes, entre otras violencias, “incluida la del Estado, que precisamente se representa en la falta de respuesta, en la indolencia y negligencia”.
Señaló que en América Latina y el Caribe se calcula que cada dos horas una mujer es asesinada, “y en algunos países esta cifra se multiplica por las condiciones de marginalidad, de violencia generalizada y por la impunidad”.
No obstante, Guevara reconoció que también esta región ha sido punta de lanza para muchos movimientos históricos “que han puesto al descubierto cómo estas violencias patriarcales siguen afectando desproporcionadamente a mujeres y niñas en todo el mundo”.
A su vez, madres y hermanas de personas desaparecidas exigieron a las autoridades mexicanas que se trabaje en coordinación para atender este flagelo.
Laura Curiel, del colectivo Mariposas Buscando Corazones, quien intenta localizar a su hija Daniela, igualmente llamó a que se le dé continuidad a los casos de larga data.
Bibiana Mendoza, de Hasta Encontrarte, colectivo de Guanajuato, reprochó la impunidad en la que se encuentran casi todas las desapariciones de personas.
La balanza entre las más de 110 mil personas desaparecidas y el número de sentencias, que son poco más de 30, “es incomprensible”, enfatizó. Ello, agregó, “habla de la grave problemática que vivimos y cómo la visión del Estado es errónea y no va con las necesidades que tenemos”.