Ciudad de México. Los municipios donde el programa Jóvenes Construyendo el Futuro ha participado, se redujo en 18 por ciento la comisión de delitos de alto impacto, según datos compartidos por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, aseguró Quiahuitl Chávez Domínguez , subsecretaría de Empleo y Productividad Laboral de la Secretaría de Trabajo y Previsión Social.

Desde 2019 que dio marcha el programa se ha hecho una “inversión histórica”, 95 mil 618 millones de pesos destinados al programa de capacitación laboral en el que han colaborado 474 mil 103 centros de trabajo y 2.6 millones de aprendices, detalló la funcionaria durante el Tercer Seminario Regional de Desarrollo Social, organizado por la Comisión Económica para América Latina (Cepal), junto a otras organizaciones.

Chávez Domínguez enfatizó que el programa —basado en una beca de 6 mil 310 mensuales para jóvenes aprendices de entre 18 y 29 años— se ha enfocado en municipios con mayor incidencia delictiva, rezago social y pobreza; y hasta ahora se ha registrado que una vez concluido el periodo de capacitación, 46.2 por ciento se ha logrado colocar en el mercado laboral.

También durante el seminario, Alberto Arenas, director de la división de Desarrollo Social de la Cepal, enfatizó que el bajo crecimiento económico en América Latina y el Caribe ha implicado una caída sin precedentes de la ocupación; y la pandemia desencadenó la mayor crisis que han experimentado los mercados laborales de la región desde 1950.

Arenas detalló que en 2020, durante la pandemia, la creación de empleo cayó 8.2 por ciento, siendo la única caída registrada en los últimos 70 años; como resultado, entre 2014 y 2023, la tasa de crecimiento del número de ocupados será de 1.26 por ciento, en comparación con un 3.2 por ciento en la década perdida de 1980.

La brecha de género es una de las más marcadas en el mercado laboral de América Latina y el Caribe. De acuerdo con datos de la Cepal, el año pasado 81.7 millones de personas entre 15 y 59 años (28 por ciento), de 9 países de la región, se encontraban fuera del mercado laboral. De ese total, 57.1 millones eran mujeres (70 por ciento).

José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo de la Cepal, enfatizó que “la inclusión laboral es un objetivo del desarrollo social”, para asegurar trabajos decentes que aseguren niveles adecuados de remuneración y cobertura en protección; sin embargo “no será posible crear un mejor futuro del trabajo sin crear un mejor futuro de la producción, y viceversa. Son dos caras de la misma moneda”.

Gilbert Houngbo, director general de la Organización Internacional del Trabajo, aseguró que “a menos que se tomen acciones concretas y coordinadas en múltiples niveles ahora, las desigualdades en el mundo laboral solo empeorarán”. Se requieren “políticas de mediano y largo plazo que promuevan la diversificación económica, la mejora de la educación formal, el desarrollo de habilidades, la correspondencia entre la oferta y demanda de empleo y la anticipación para mejorar la empleabilidad y la productividad de los trabajadores”.