Moscú. Los mercenarios del Grupo Wagner se replegaron ayer, tras la rebelión de 24 horas orquestada por su líder, Yevgueni Prigozhin, quien abandonará Rusia en virtud del acuerdo que se logró con la mediación del mandatario de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko.
Prigozhin irá a Bielorrusia, según la presidencia rusa, sin que se supiera aún ayer cuándo abandonará Rusia. Tampoco ha trascendido dónde se encuentra actualmente el jefe de las milicias.
Ni Putin ni su polémico ex aliado Prigozhin se han pronunciado desde que Lukashenko anunció el sábado el acuerdo con el que se desactivó la crisis. Por lo pronto, Lukashenko mantuvo una conversación telefónica con Putin.
Diálogo con Lukashenko
“Hoy (domingo) por la mañana Alexandr Lukashenko habló por teléfono con su par ruso, Vladimir Putin”, publicó el canal de Telegram Pul Pervogo, cercano al dirigente bielorruso. La víspera, los dos mandatarios mantuvieron conversaciones telefónicas a la luz de recientes acontecimientos en Rusia.
Además, ayer por la tarde, Lukashenko tuvo una plática por teléfono con el primer presidente de Kazajistán, Nursultán Nazarbáyev (1990-2019).
Lukashenko y Nazarbáyev examinaron la situación internacional y regional, así como analizaron las relaciones entre Bielorrusia y Kazajistán, se informó sin que se dieran presiones. En una operación de unas 24 horas que llevó a los hombres de Wagner a menos de 400 kilómetros de Moscú, Prigozhin desafió frontalmente el poder del presidente ruso, antes de dar marcha atrás y ordenar el regreso de sus combatientes a sus bases, tras la mediación de Lukashenko.
Mientras Prigozhin guardaba un silencio inusual sus mercenarios se retiraron ayer de las regiones de Vorónezh, en la frontera con Ucrania, y Lípetsk, al sur de Moscú, según las autoridades locales. En Rostov del Don, el sábado por la noche decenas de personas vitorearon a los paramilitares, gritando “¡Wagner, Wagner!”, cuando abandonaban la ciudad, con su jefe al frente del convoy.
Según Afp, en la capital rusa y sus alrededores, el “régimen de operación antiterrorista” instaurado la víspera a raíz del motín, seguía en vigor ayer.
Las personas acudieron ayer en masa a los cafés y parques en el centro de Moscú, luego de que se retiraron de la capital las tropas desplegadas el día anterior en la ciudad para protegerla de los milicianos de Grupo Wagner. Foto Ap.
En la región moscovita, las restricciones a la circulación en la autopista que une Moscú con Rostov (suroeste), centro neurálgico de las operaciones rusas en Ucrania, seguían vigentes ayer, según Avtodor, a cargo de las autovías en Rusia, de acuerdo con Afp. En Moscú ayer fue día feriado, decretado el sábado por el alcalde de la ciudad, Serguei Sobyanin, ante una situación “difícil”.
The Associated Press informó en cambio que la población acudió en masa a los parques y cafés después de la breve revuelta del Grupo Wagner.
Conforme al acuerdo alcanzado con Lukashenko, el líder de Wagner podrá marcharse a Bielorrusia y evitar ser encausado judicialmente en Rusia, al igual que sus combatientes, tenida cuenta de los “méritos en el frente” ucranio del grupo paramilitar, aseguró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.
Los milicianos han tenido un papel clave junto al ejército ruso en la ofensiva en Ucrania.
Aunque los términos del acuerdo siguen sin conocerse, parece que Lukashenko, aliado de Putin, tuvo un papel crucial. Según su oficina, es él quien que consiguió que el jefe de Wagner detuviera su avance hacia Moscú.
El Kremlin agradeció la iniciativa del mandatario bielorruso. Para el consejero presidencial ucranio Mijailo Podoliak, “Prigozhin humilló a Putin y al Estado, y demostró que ya no existe un monopolio legítimo de la violencia” en Rusia.
En plena ofensiva en Ucrania, Moscú ha asegurado que el fallido motín no afectaría a sus operaciones y “alcanzaría sus objetivos”.
El Ministerio de Defensa ruso afirmó ayer que el ejército repelió numerosos ataques en el este y el sur de Ucrania, donde Kiev dijo la víspera haber lanzado una nueva ofensiva y logrado avances, especialmente en las regiones de Donietsk (este), y también Zaporiyia (sur). Diez de esos asaltos fueron rechazados cerca de Bakhmut (este), precisó. En su informe diario, el Ministerio de Defensa no mencionó nada sobre las acciones de Wagner y Prigozhin.
El primer levantamiento armado desde el intento de golpe de estado soviético de 1991 contra Mikhail Gorbachev duró menos de 24 horas. Infografía Graphic News.
Por su parte, Kiev, que aprovechó el caos en Rusia para lanzar nuevas incursiones en zonas tomadas por las fuerzas de Moscú, indicó que un bombardeo ruso el sábado en la capital ucrania dejó cinco muertos.
La televisión estatal rusa mostró ayer a Putin expresando su confianza en los planes para Ucrania en una entrevista que parecía haber sido grabada antes de la revuelta del Grupo Wagner. “Nos sentimos confiados y, por supuesto, estamos en condiciones de llevar a cabo todos los planes y tareas que tenemos por delante”, dijo Putin.
Los comentarios en una entrevista con el corresponsal del Kremlin Pavel Zarubin fueron emitidos por la televisión estatal Rossiya. Zarubin dijo que la entrevista se hizo tras una reunión con graduados militares, en aparente referencia a un acto celebrado el miércoles.
Especulaciones de Shoigu
Al cierre de esta edición tampoco conocían declaraciones del ministro de Defensa, Serguei Shoigu, ni del jefe del Estado Mayor del Ejército, Valeri Gerasimov, contra quienes Prigozhin lanzó su ofensiva.
Proveniente de la región de Tuva, en el sur de Siberia, Shoigu es de los pocos dirigentes no étnicamente rusos que han ocupado un alto puesto en Moscú desde el colapso de la URSS. Inició su ascenso en 1994, cuando fue nombrado ministro de Situaciones de Emergencia en los primeros años de la presidencia de Boris Yeltsin.
Shoigu pronto se convirtió en una presencia familiar para los rusos, así como uno de sus políticos más populares, mientras recorría el país para lidiar con desastres de todo tipo, de accidentes de avión a terremotos.
Tras servir bajo una decena de primeros ministros con la misma cartera, en 2012 fue nombrado gobernador de la región de Moscú, antes de ser designado ministro de Defensa por Putin. Al poco tiempo fue nombrado general aun sin tener experiencia militar de alto nivel. No obstante, supervisó con éxito varias operaciones, incluida la intervención de 2015 en Siria.
Pero la mucho menos exitosa invasión de Ucrania ha levantado dudas cada vez más persistentes sobre su futuro político.
Hace tiempo que ya no se ven expresiones de amistad ni fotos –como en 2017– de Putin y Shoigu sin camisa, bronceándose junto a un río en la taiga siberiana.
El ministro ya sólo se encuentra con el líder del Kremlin para informarle de la situación en el frente.
Los canales de Telegram en ruso han estallado con especulaciones sobre quién podría suceder a Shoigu, y hablan del gobernador de la región de Tula, Alexéi Dyumin, que ha ocupado altos cargos en el ejército y la seguridad presidencial, despuntando como favorito.
“El equipo de Shoigu está al borde del colapso, y el propio ministro de Defensa, ya caído en desgracia, muy probablemente dimitirá”, señalaba el popular canal Preemnik de Telegram, indicó Reuters.
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El acuerdo negociado por el presidente de Bielorrusia Lukashenko para poner fin a la rebelión de Wagner ha remediado la crisis inmediata en Rusia pero se desconocen los movimientos de Yevgeny Prigozhin - supuestamente exiliado - y del presidente Vladimir Putin. Infografía Graphic News.