La prolongada temporada de estiaje y las altas temperaturas de días recientes empezaron a afectar cultivos en la zona productiva de Milpa Alta y Tláhuac, donde las zanjas de la chinampería de San Andrés Mixquic, en la última demarcación, están secas o apenas con una capa de lodo en el fondo.
Rafael Suárez, vecino de San Antonio Tecómitl, Milpa Alta, tendría que haber trasplantado hace un mes las matas de amaranto que tiene sembradas en almácigos en la zona lacustre, pero la tierra de su parcela en la ex hacienda de San Nicolás Tetelco está seca por falta de lluvia y la planta no sobreviviría.
Tampoco ha desyerbado ni removido la tierra en su parcela de maíz porque “se ventea y se seca la raíz”.
Espera que a más tardar el 10 de julio llueva un poco para trasladar el amaranto, cuyas plantas ya miden 20 centímetros, aunque con el riesgo de que la primera helada de septiembre o principios de octubre las agarre todavía tiernas y las queme.
De continuar el estiaje, que normalmente es entre abril y mayo, así como el calor extremo, la planta ya no va a servir y perdería lo que invirtió en la semilla, aunque tendrá aún la opción de sembrar frijol o avena. El 26 de julio es el último día para sembrar el grano o el cereal.
En las chinampas de San Andrés Mixquic los trabajadores deben usar largas mangueras para extraer el agua del canal principal y regar sus cultivos, porque las zanjas que normalmente suministran el recurso están secas. Al fondo, la nube de polvo que levanta un tractor al arar la tierra da cuenta de la sequedad.
Cuentan que en San Juan Ixtayopan, en algunos sembradíos el maíz “ya se agiló, como decían los de antes, se espiga por el calor y ya no da”.
Recuerdan que la última ocasión que se vivió una situación parecida, en la que las lluvias se retrasaron “e hizo un calor feo que no se aguanta”, fue hace como 15 años.