Las autoridades de Crimea y de Jersón, nombradas por el Kremlin, denunciaron este jueves que el ejército de Ucrania dañó con misiles los tres puentes –dos automovilísticos, uno en desuso, y el otro ferroviario– que unen la península, incorporada a Rusia en 2014, con la parte de esta región anexionada en septiembre pasado, producto de un ataque esta madrugada reivindicado horas más tarde por un vocero de la inteligencia militar ucrania.
“Por la noche, el puente de Chongar fue blanco de misiles. No hubo víctimas, los artificieros están trabajando en la zona afectada para determinar el tipo de proyectil que se utilizó”, informó en Telegram el gobernador de Crimea, Serguei Aksionov.
Poco después, el jefe de la administración interina de Jersón, Vladimir Saldo, comunicó que, de acuerdo con un peritaje preliminar, se usaron “misiles británicos Storm Shadow”, que tienen un alcance de hasta 250 kilómetros.
“Los ‘terroristas’ de Kiev, en una acción sin sentido llevada a cabo por órdenes de Londres, quieren intimidar a los residentes de Jersón, sembrar el pánico entre la población, pero no podrán hacerlo. Tenemos capacidad para reparar puentes con rapidez, por lo cual, que no quepa duda, el tráfico de automóviles se restablecerá muy pronto”, escribió Saldo en la misma red social.
El funcionario publicó fotografías de los boquetes causados en la carretera por los impactos de los proyectiles, uno de ellos dejó un hoyo por el cual se puede ver abajo el mar de Syvach en el estrecho de Chongar.
Por su parte, entrevistado por el Canal 24 de la televisión ucrania, Andrí Yusov, portavoz de la inteligencia militar de ese país, comentó así el ataque: “Es el resultado del trabajo planificado de las fuerzas de seguridad y de defensa de Ucrania, del movimiento de resistencia y de la población local, que espera en estos territorios el retorno de las autoridades legítimas ucranias”.
Cifra de bajas
El presidente Vladimir Putin celebró este jueves por videoconferencia una reunión del Consejo de Seguridad de Rusia, en la cual –de acuerdo con el fragmento que hizo público el servicio de prensa del Kremlin– el ministro de Defensa, Serguei Shoigu, subrayó que el “enemigo, a pesar de las bajas significativas que ha sufrido en personal y equipos bélicos, se reagrupa en estos momentos y no ha agotado su potencial ofensivo: aún no activa varias reservas estratégicas”.
En su turno, el secretario del Consejo, Nikolai Patrushev, ofreció un recuento preliminar de “bajas del enemigo” desde que lanzó su ofensiva el 4 de junio anterior.
Patrushev sostiene que el ejército ruso, en tan sólo 16 días, “destruyó 246 tanques, 13 de ellos de fabricación extranjera, y 595 carros blindados de Ucrania”, así como “más de 300 piezas de artillería y de sistemas de lanzamiento múltiple de misiles, 10 cazabombarderos, cuatro helicópteros, 424 vehículos y 264 drones”.
Y en cuanto al número de efectivos, Ucrania “tuvo bajas de casi 13 mil militares”, añadió este funcionario que ejerce gran influencia en el sector duro del entorno presidencial ruso.
No todos están de acuerdo con el conteo que, basándose en los reportes del Ministerio de Defensa ruso, dio Patrushev.
Por ejemplo, el proyecto independiente Oryx, que analiza todas las imágenes disponibles, incluidas satelitales, tanto en fotografía como video y publica datos verificados de equipos bélicos destruidos (ucranios y rusos), asevera que Ucrania, desde el pasado 4 de junio, perdió 25 tanques y 46 carros blindados mientras las bajas de Rusia ascendieron, en ese mismo periodo, a 36 tanques y 60 carros blindados.
Y desde el 24 de febrero de 2022, Oryx registró un total de 539 tanques y mil 200 carros blindados de Ucrania destruidos.
A su vez, el dueño del grupo de mercenarios Wagner, Yevgueni Prigozhin, continúo criticando a la cúpula militar rusa por proporcionar al titular del Kremlin información que califica de “mentiras colosales”:
“Todo lo que nos cuentan en la tele sobre la ofensiva del ejército ucranio nada tiene que ver con la realidad. (…) El escritorio del presidente (Vladimir Putin) se llena de mentiras colosales, (que se dicen) sin la más mínima vergüenza”, señaló el controvertido magnate en un comunicado.
Según Prigozhin, “cuando nosotros (el grupo Wagner) tomamos Bakhmut dejamos entrar a todos los ‘enviados de guerra’ (periodistas de medios rusos que se subordinan al Kremlin) para que vieran la situación real. Y ninguno escribió nunca acerca de miles de tanques y carros blindados destruidos. Eso es simple palabrería”.
Explicó: “Ahí (en la primera línea del frente) ahora no dejan entrar a nadie y no muestran nada porque lo único que hay son problemas muy grandes. (El ministro de Defensa, Serguei) Shoigu y (el jefe del Estado Mayor, Valeri) Guerasimov siguen un método sencillo: la mentira debe ser monstruosa para que se la crean. Eso es lo que están haciendo”.
Entretanto, en las 24 horas anteriores al cierre de esta edición, el ejército ucranio pudo avanzar un kilómetro en dirección a las ciudades de Melitopol y Berdiansk, sostuvo el vocero del grupo operativo Tavria del ejército ucranio, Valery Shershen.
De ese modo, la línea del frente en esa parte de la región de Zaporiyia se ha movido hacia el mar de Azov tan sólo 7 kilómetros y, en general, el ejército ucranio ha podido liberar hasta ahora únicamente 113 kilómetros cuadrados de territorio, un ritmo muy lento comparado con la anterior ofensiva que expulsó a las tropas rusas de la región de Járkov el año pasado.
La diferencia, consideran analistas ucranios, se debe a que Rusia lleva casi un año preparándose para resistir en esa zona los embates del ejército de Ucrania, fortificando un sistema escalonado de trincheras con campos minados en una extensa área y obstáculos antitanque.
Quizás por ello, reflexionan, el general Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las tropas ucranias, todavía no ha dado la orden de incorporar a los campos de batalla a los miles de soldados que durante meses estuvieron entrenando para la ofensiva.