Boston. El submarino Titán, que transportaba a cinco personas en un viaje turístico para ver los restos del Titanic, fue encontrado en pedazos a causa de una “implosión catastrófica” que mató a todos a bordo, informó ayer la Guardia Costera de Estados Unidos, con lo que finalizó una búsqueda multinacional de cinco días.
Los restos fueron hallados por una nave robot de aguas profundas desplegada por un barco canadiense en el lecho marino a escasos 488 metros de la proa del legendario navío, unos 4 kilómetros bajo la superficie.
“Los restos son consistentes con una catastrófica pérdida de presión de la cámara” del Titán, cuya comunicación se perdió el domingo, casi dos horas después de haber iniciado la inmersión a las 6 de la mañana, con cinco personas a bordo, anunció el contraalmirante del Servicio de Guardacostas, John Mauger, quien transmitió el pésame a las familias y les dijo que los cuerpos podrían no ser encontrados.
A bordo viajaban el millonario británico Hamish Harding, presidente de la compañía Action Aviation, descrito por su familia como “un apasionado explorador”; el paquistaní Shahzada Dawood, vicepresidente de Engro, y su hijo Sulaiman –ambos también con nacionalidad británica–; el experto buceador francés Paul-Henri Nargeolet; y Stockton Rush, director general de OceanGate Expeditions, la compañía que fabricó y operaba el sumergible, y que cobraba 250 mil dólares por turista, además de exigir una responsiva en la que la posibilidad de muerte aparecía hasta en tres ocasiones.
“Estos hombres eran verdaderos exploradores que compartían un marcado espíritu aventurero y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos”, dijo en un comunicado OceanGate, al lamentar la muerte de los tripulantes.
Azmeh Dawood, tía de Sulaiman, afirmó que el joven de 19 años estaba aterrado antes de abordar, y añadió que su hermano estaba obsesionado con el Titanic, informó The Guardian.
El vehículo de control remoto encontró ayer en la mañana “un campo de restos” esparcidos a menos de medio kilómetro del Titanic, entre ellos la cola del sumergible, explicó Mauger en conferencia de prensa. A ellos se sumaron otras cuatro grandes piezas que confirmaron la “implosión catastrófica” del vehículo, pese a que ninguna de las boyas sonares presentes en el agua casi de manera constante detectó nada especial.
Quizá por ello los rescatistas se mantuvieron confiados hasta la mañana del jueves de que podrían hallar a los pasajeros con vida, pese a que se habían agotado las 96 horas de oxígeno de emergencia de las que disponía el sumergible.
Interrogantes
“Existen interrogantes sobre cómo, por qué y cuándo ocurrió” el accidente del sumergible, dijo Mauger, y señaló que las investigaciones prosiguen. Las comunicaciones del batiscafo con el barco nodriza Polar Prince, de la compañía canadiense Horizon Maritime, se perdieron una hora y 45 minutos después de iniciar una inmersión que debía durar unas siete horas en las frías aguas del Atlántico Norte.
Según los especialistas, una “implosión catastrófica”, como la que se cree que destruyó el Titán, se produjo debido a la aplastante presión del agua en el fondo del océano.
Los restos del Titanic descansan en el lecho marino del Atlántico Norte a 3 mil 800 metros de profundidad. A nivel del mar, la presión es aproximadamente de un bar, o una atmósfera.
Al nivel al que se encuentra el transatlántico, la presión del agua multiplica por 400 los valores de la superficie marina. A modo de comparación, la mordedura de un gran tiburón blanco ejerce una fuerza de casi 275 bares, según la publicación especializada Scientific American.
En una implosión causada por un defecto en el casco o por cualquier otro motivo, el sumergible se derrumbaría sobre sí mismo en milisegundos, aplastado por la inmensa presión del agua. La muerte sería prácticamente instantánea para los ocupantes. Un sistema secreto utilizado por la Marina de Estados Unidos para descubrir submarinos enemigos detectó hace días la implosión del Titán, informó el diario The Wall Street Journal.
La Marina realizó un análisis de datos acústicos y detectó una anomalía consistente con una implosión o explosión en las inmediaciones de donde operaba el sumergible turístico cuando se perdieron las comunicaciones, según el informe, que citó a un funcionario naval. Si bien no es definitiva, esta información se compartió con el comandante responsable de la respuesta de emergencia del Servicio de Guardacostas. La Marina pidió que no se identificara el sistema secreto por seguridad nacional.
Romper reglas
Stockton Rush, el fundador de Ocean Gate, declaró hace un año a la BBC que “si quieres estar a salvo no salgas de tu cama”, y afirmó que rompió las reglas al usar fibra de carbono y titanio para construir el casco del sumergible.
Nicolai Roterdam, profesor de biología marina en la Universidad de Portsmouth, indicó a la emisora británica, que “por lo general, en los sumergibles de aguas profundas, la parte donde están los humanos es una esfera de titanio de unos 2 metros de diámetro”, para soportar las inmensas presiones de las profundidades las cuales requieren materiales muy fuertes que permitan resistir el peso del agua que presiona.
La fibra de carbono es más barata que el titanio o el acero y aunque es extremadamente resistente no se había probado antes en naves de aguas profundas como el Titán, subrayó la BBC.
Tras la desaparición del sumergible, salió a la luz un informe sobre posibles deficiencias de seguridad de la nave. El ex director de operaciones marinas de OceanGate Expeditions, David Lochridge, despedido por haber cuestionado la seguridad del Titán, advirtió sobre el casco de fibra de carbono “experimental” del sumergible, además de mencionar que un ojo de buey (ventanilla) de la parte delantera del aparato fue concebido para resistir la presión a mil 300 metros de profundidad y no a 4 mil.
Roderick Smith, profesor de ingeniería del Imperial College de Londres, expuso que la tragedia probablemente se debió a un “fallo del casco de presión”, pero será necesario recuperar los restos para una investigación completa.
Hubo advertencias: James Cameron
James Cameron, director de la cinta Titanic y experimentado explorador del mar, señaló que “varias figuras importantes en la comunidad de ingeniería de inmersión profunda incluso escribieron cartas a OceanGate Expeditions diciendo que estaban siendo muy ‘experimentales’ al cargar pasajeros, y que necesitaban certificarse”.
Al menos 46 personas viajaron con éxito en el sumergible de OceanGate hasta los restos del mítico transatlántico en 2021 y 2022, según cartas de la empresa remitidas a una corte federal de distrito en Norfolk, Virginia, que supervisa los asuntos sobre el pecio.
Desde su primera expedición en el verano de 2021, las tripulaciones del Titán encontraron problemas, incluidos con su sistema eléctrico y batería.
El Titanic se hundió en 1912 durante su viaje inaugural entre la ciudad inglesa de Southampton y Nueva York tras chocar con un iceberg. De las 2 mil 224 personas a bordo, unas mil 500 murieron.
Los restos del transatlántico, partido en dos, fueron descubiertos en 1985. Los tatarabuelos de Wendy la esposa de Stockton Rush, fueron pasajeros y perecieron en el Titanic; fueron retratados en la película de Cameron, como la pareja de ancianos que muere abrazada en la cama de su camerino.