El proyecto minero Peñasquito, propiedad de la estadunidense Newmont, ubicado en el municipio de Mazapil, Zacatecas, desde hace una década explota tierras que, de acuerdo con documentos en manos de La Jornada y diversos testimonios, pertenecen a una decena de ejidatarios, los cuales mantienen una batalla legal contra la minera con el objetivo de recuperar sus predios, o bien, ser remunerados de manera justa.
Según estimaciones de los propios directivos, la mina zacatecana representa un negocio que anualmente arroja ganancias por alrededor de mil 500 millones de dólares. No obstante, testimonios señalan que los representantes legales de la compañía ofrecen indemnizaciones “ridículas” para terminar con el conflicto que involucra mil 250 hectáreas.
Por ejemplo, Irma Dora Venegas de Zorrilla, dueña de 80 hectáreas involucradas en el despojo, y donde se encuentra el principal pozo que abastece de agua a las operaciones de la mina que extrae oro, plata, zinc y plomo, declaró ante la Fiscalía General de Justicia del Estado de Zacatecas, que Peñasquito ofreció pagarle por sus tierras un millón 280 mil pesos.
“La minera ofreció pagarme 1.2 millones de pesos, cifra sumamente baja tomando en cuenta que el terreno ya no es de uso rústico sino industrial, a lo que hay que agregar que en él hay un pozo que abastece a la minera y ésta lleva ocupando el lugar sin ningún tipo de permiso desde 2016, obteniendo ganancias millonarias”, señaló la afectada a este diario.
En septiembre del año pasado La Jornada publicó que un grupo de ejidatarios acusó a Newmont y Goldcorp (dueños de la mina) de valerse de escrituras apócrifas para despojarlos de mil 250 hectáreas desde febrero de 2014. Ante lo cual la empresa no hizo ningún comentario. (https://cutt.ly/ONjJESQ).
Expropiación
Por medio de un juicio civil ante el juzgado de primera instancia y de lo familiar de Zacatecas, cuyo expediente es 23/2018, Venegas de Zorrilla consiguió una sentencia definitiva a su favor, pues dicha instancia determinó que las escrituras presentadas para acreditar la propiedad eran las auténticas y no las que presentó la defensa de la minera.
Con lo anterior, la minera está obligada a devolver el terreno más indemnización por los años de ocupación; no obstante, la empresa ha promovido una serie de amparos, los cuales se le han negado.
Mientras eso sucede, el año pasado, en una de sus últimas acciones como gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello Cristerna, junto al que era su secretario de Economía, Carlos Fernando Bárcenas Pous, emitió un edicto para expropiar las mil 250 hectáreas antes señaladas, perjudicando a sus dueños, para entregarlas “por causa de utilidad pública” a Peñasquito.
El edicto con folio SE/554/2021 dice que se solicita la expropiación del terreno “en beneficio de la colectividad de la región, pues conforma un sistema integral de extracción y abasto de agua para la operación de la mina”, la cual es “indispensable e insustituible” para el funcionamiento de la sociedad de Mazapil, Zacatecas.
La mina Peñasquito mide alrededor de 8 mil hectáreas al norte de Zacatecas. Ahí con una operación a cielo abierto que comenzó en 2010, extrae varios minerales que la posicionan no sólo como la principal productora de oro y plata del país (la quinta del mundo en plata), sino también de zinc y plomo, así como la cuarta en cobre.
Datos oficiales indican que Mazapil es el segundo municipio con mayor pobreza en Zacatecas, eso pese a tener dos de las minas más grandes del país: Peñasquito y Fresnillo.