Guanajuato, Gto., La penúltima y más larga noche cervantina ocurrió este sábado con multitudes volcadas a las calles empedradas de la capital de Guanajuato, marcadas por el ánimo festivo y la cercanía en el primer gran Festival Internacional Cervantino (FIC) después de dos años de confinamiento.
Las autoridades municipales, pese al exceso en las calles, reportaron saldo blanco en todo el Cervantino, y apenas la detención de nueve turistas por diversas causas, como insultos a la autoridad y riña.
Una residente de la ciudad reflexionaba que para conocer la magnitud del oleaje humano había que observar las calles cercanas a Sopeña y a la Plaza de la Paz. La aglomeración en ellas sólo era superada por la atención y algarabía de los paseantes ante los artistas de calle.
La banda sonora de la ciudad era la de los pasos, mezclados con mariachi, pop, rock, banda y la música que el lector imagine. El coro tenía la tesitura de voces afinadas, o no, de los paseantes en las que se expresaba una felicidad por la reconquista del espacio público y por la edición dorada del FIC.
La Alhóndiga de Granaditas y el Teatro Juárez fueron dos puntos de atracción gravitatoria para los viandantes y fanáticos del FIC, quienes centrifugaban de uno a otro con las necesarias paradas en las plazas para comer algo, desde fritangas, hasta elotes y tamales. En todos, la sonrisa fácil y las canciones prestas a la menor provocación. Paz y Unión como paradas intermedias.
El recinto abierto más histórico del Cervantino, la Alhóndiga, concentró por un par de horas las emociones de un público deseoso de música con el concierto Paté de Fuá a las ocho de la noche.
La banda de tango y jazz, que celebra 15 años de existencia, cerró su participación con una versión muy celebrada de Caminos de Guanajuato y la firma de autógrafos.
Otros espectáculos que este sábado alimentaron el éxtasis del encuentro fueron la presentación de Hello Seahorse!; la segunda parte de la lucha libre en la Ex Estación del Ferrocarril; Carrillon, el vuelo del tiempo, de Kitonb, y Ten cuidado con lo que deseas, de Physical Momentum.
Nuevamente las calles albergaron a millares de turistas cervantinos para entreverar la madrugada, que sufrió un fenómeno extraordinario: creció 60 minutos.
En un bar de terraza y vista al Pípila, en la calle Alonso, la cercanía del cierre a las 2 horas, atestiguó cómo la 1:59 se convirtió, de nuevo, en la una de la madrugada. Y el dueño se unió, abrazando a todos: “¡Feliz año nuevo, feliz adiós al cambio de horario!” La fiesta cervantina ganó una hora y la gratitud de la gente. En el aire suenan las estrofas de la canción: “Y volver, volver, volver….”