Celebra terminación del horario de verano
Como todas las imposiciones, modificaciones y ajustes durante el periodo neoliberal para engañar, avasallar y robar patrimonio a las naciones sometidas al imperio de Occidente, el llamado horario de verano en México sólo exhibió a gobernantes obedeciendo las indicaciones de la oligarquía local y de instituciones financieras trasnacionales –tentáculos de abuso, despojo y perversión– para ajustar las actividades económicas y financieras a horarios compatibles con propósitos e intereses aviesos, para conservar dominio geopolítico, comercial y militar en “sus zonas de influencia”.
El pretexto fue ahorrar energía eléctrica para contribuir a la reducción del calentamiento global del planeta; sin embargo, en 26 años, sólo causó daños en la estabilidad biológica, emocional y sicológica de los mexicanos. Hoy, para fortuna nuestra, concluye ese ciclo pernicioso al cumplirse la sentencia de ejecutar a un adefesio enemigo de la salud pública.
Sin duda, la transformación de la patria (4T) es un proceso lento y complicado, pero también serio y profundo para colocar, de una vez por todas, la balsa del sueño mexicano en la vía correcta para llegar a buen puerto.
Daniel M. Jiménez
Sobre la existencia
Nada nos pertenece, ni siquiera el cuerpo. Sólo tenemos el usufructo del extraordinario regalo de la vida y de lo que en ella hay, pero por un tiempo, que tampoco nos pertenece. No podemos cambiar el curso de los astros ni las mareas de los océanos ni el palpitar de nuestro corazón o la constante renovación de las células; ni siquiera el crecimiento de un cabello.
Si dejamos de existir y de hacer lo que hacemos cada día, el universo seguirá igual; no se perderán el verde de los campos ni el canto de los pájaros.
Todos nuestros actos, por más importantes que nos parezcan, son simples y efímeras huellas en la arena que se borran con la suave brisa marina de una tarde. Al final, que tampoco nos pide permiso, cada elemento de nuestro cuerpo retorna al origen: el agua al agua, la tierra a la tierra, el calor al sol y el aliento al aire. Nada permanece.
El verdadero regalo de la vida, no es la vida que se esfuma en un breve parpadeo, sino la semilla de conciencia sembrada en el ser humano. La vida lanza millones de semillas de manzana, de naranjas dulces y de seres humanos, esperando que algunas puedan germinar. La posibilidad de germinar en la conciencia es nuestro verdadero privilegio y la apuesta del universo. Todo lo demás es la ilusión de un sueño que desaparece al despertar, como la neblina que al amanecer se evapora con los primeros rayos del sol. Cuando la conciencia germina, deja huella y la vida tiene sentido. Lo más asombroso es que no vivamos asombrados.
Carlos Noriega F.
Comenta artículo de Gilberto López y Rivas
Gilberto López y Rivas: Dado que en su artículo del viernes pasado en este periódico usted procedió a acusar tácitamente que el actual gobierno federal (lo cito): “Da continuidad a la acumulación capitalista por desposesión, militarizada y necropolítica, que las anteriores administraciones neoliberales pusieron en práctica”, deseo preguntarle si usted considera que la firma de decreto para restitución de 29 mil 241 hectáreas de tierras al pueblo yaqui llevada a cabo hoy por el Presidente en Guaymas, Sonora, es entonces, tras sus propias aseveraciones, algún tipo de farsa o de simulación.
De la misma forma, quiero preguntarle si dentro de su clasificación de “necropolítica” y “militarismo” que “dan continuidad a las prácticas de las anteriores administraciones neoliberales”, usted incluye que los cuerpos militares de este país hayan hecho llegar vacunas anticovid a niños, jóvenes y ancianos en cada rincón de nuestro territorio y que se haya utilizado un avión de la Fuerza Aérea Mexicana para resguardar la vida, en ejercicio de la Doctrina Estrada, del ex presidente y líder indígena de la hermana República de Bolivia, Evo Morales Ayma.
Le agradecería su comentario.
Horacio Socolovsky Aguilera, Tepoztlán, Morelos
Demanda políticas respetuosas para académicos
El viernes pasado se dieron a conocer los resultados de la evaluación del Sistema Nacional de Investigadores (SNI).
Aun con los cambios en el reglamento, la implementación de comisiones ampliadas e insaculadas, y jactándose de impulsar una política de imparcialidad, las injusticias e inequidades en las evaluaciones estuvieron bien presentes. El respeto a las trayectorias de las y los investigadores, así como la atención a sus condiciones laborales y regionales no dejó de ser más que una buena intención.
Los baremos con que se siguen evaluando a las y los doctores no dejan de presentarse como paliativos de una inequidad estructural. Las evaluaciones asimétricas y arbitrarias en una misma área, pero sobre todo en relación con áreas afines, continúan como patrón completamente inexplicable.
El valor de los productos evaluados, en donde la divulgación de la ciencia ocuparía hipotéticamente un lugar preponderante, quedó en otra quimera.
La ciencia mexicana atraviesa por impases históricos producidos, entre otros, por el anquilosado y etnocéntrico centralismo científico padecido por investigadores que no se ubican, ni física ni temáticamente, en las áreas de promoción científica enmarcadas, de manera arbitraria, como ejes de desarrollo nacional.
Desde este espacio hacemos un llamado a implementar mecanismos que compensen y resuelvan dichas injusticias, que no hacen más que promover el “canibalismo académico” como referente ilustrado de la ciencia en México.