Ciudad de México. Sergio Pérez tuvo un discreto primer día de prácticas de cara al Gran Premio de la Ciudad de México de Fórmula 1, en una jornada que poco adelantó sobre el rendimiento que se espera de los monoplazas este fin de semana, debido a que corrieron con neumáticos experimentales y no los que utilizarán en la calificación y la carrera.
Más que el rugido de los motores, se escuchaban los de las tribunas, que se fueron poblando conforme avanzó el día, y que se estremecían al paso del mexicano en la pista del Hermanos Rodríguez.
El británico George Russell colocó a Mercedes en lo más alto de la tabla de tiempos durante la segunda práctica, con la sesión extendida que incluyó más pruebas de neumáticos para 2023, marcada por un fuerte accidente del monegasco Charles Leclerc al mando de Ferrari.
Después de la sesión de mediodía, dominada por los Ferrari del español Carlos Sainz, Leclerc, y Checo en tercer lugar, para la tarde el piso seguía algo fangoso en la mayor parte de la pista. Pero todo sería incierto y no dará grandes indicativos de rendimiento, pues los equipos debieron utilizar, en al menos 30 vueltas, los neumáticos experimentales. Ninguno cumplió la misión.
Apenas al inicio de la segunda tanda, Checo se colocó al frente en el noveno giro, pero inmediatamente fue desplazado por Russell y el japonés Yuki Tsunoda (Alphatauri), y después por el francés Esteban Ocon (Alpine) y el británico Lewis Hamilton (Mercedes), quienes lograron una conducción más fina, y detrás de ellos, el mexicano y su coequipero holandés, Max Verstappen, coronado campeón de la temporada 2022 de la F1 desde la carrera anterior en Austin.
La sesión se detuvo hacia los 40 de 90 minutos, cuando Leclerc, quien en los tiempos marchaba detrás de Verstappen, perdió el control de su Ferrari y al llegar a la curva 8 estrelló la parte trasera contra el muro protector.
Entró bandera roja, el bólido tuvo que ser retirado y el monegasco no pudo continuar esa segunda tanda, que se reanudó a falta de 37 minutos para concluir.
Multan a Red Bull
El equipo Red Bull había empezado mal el día. La escudería campeona de constructores de Fórmula 1 2022 firmó un Acuerdo de Incumplimiento Aceptado (ABA) con la Federación Internacional de Automovilismo, con el que se obligó a pagar una muta de alrededor de 7 millones de dólares por haber superado en 2021 el límite presupuestal permitido para el desarrollo de los monoplazas, falta que el organismo rector consideró “menor” y no procedió a un castigo mayor, como reducción de puntos que demandaban otros equipos, protesta encabezada por McLaren.
La FIA también sancionó a Red Bull con uno por ciento de tiempo menos de prácticas aerodinámicas en el túnel de viento, para la temporada 2023.
Christian Horner, director de escudería australiana, consideró que las penalizaciones son “muy severas”, insistió en que el nuevo sistema de límite de costos “es inmaduro”, y aseguró que se trató de un ataque del que fue blanco debido a los éxitos del equipo.
Sobre todo, aseguró que nada del presupuesto excedido fue aplicado al rendimiento del equipo, sino a gastos de banquetes, contribuciones de seguridad social y tratamientos médicos para un empleado que sobrevivió a una enfermedad.
Tras la calificación, Checo Pérez consideró que “fue un día complicado, como es habitual en México con la altitud. Todo está flotando, así que es bastante fácil cometer errores en estas condiciones. En general, creo que la segunda práctica fue principalmente para Pirelli (proveedor de neumáticos), pero en la primera sesión obtuvimos una buena base de datos.
“Ferrari parece ser fuerte, también Mercedes, por lo que mañana será una dura batalla”, anotó el jalisciense.
Pérez marcha tercero en el campeonato de pilotos, dos puntos detrás de Leclerc y a falta de tres carreras, pero ha afirmado que su prioridad es ganar el domingo el Gran Premio para convertirse en el primer mexicano en lograrlo.
“Él tiene que trabajar, estar tranquilo, se tienen que dar muchas circunstancias, lo sabemos. Las carreras son muy difíciles, no dependen de una sola cosa o persona, sino de muchos factores. Sergio tiene que hacerlo a la perfección para que se logre”, afirmó Antonio Pérez Garibay, padre de Checo
“Ojalá, sería increíble por él, por la gente. Esta gran afición no la tiene nadie. Se le ha entregado a Checo en este país, en Estados Unidos y alrededor del mundo, es maravillosa, y no hay nada más que ser agradecido, humilde y sencillo.
“Todos los pilotos quieren ganar Mónaco, y él ya lo logró. Ser campeón y no conquistar el Principado, a veces es difícil, pero ya ganó ahí, tiene una de las joyas de la corona. Ojalá, lo máximo sería este año ganar México”, concluyó.