Con mi agradecimiento al sup Galeano y al subcomandante Moisés por el envío de su espléndido libro desde las chozas chiapanecas, El pensamiento crítico frente a la hidra capitalista I, “desde la cufa del vigía a lo que desde ahí miramos”... Los que estábamos en la reunión nos quedamos viendo la viga central de la choza. Tal vez valorando si se sostendría firme y de una sola pieza, o tal vez pensando, pero qué tal que no... y entonces mejor tomar una posición cerca de la puerta, todos para salir.
Mientras el sup Galeano reflexionaba: “Los pueblos originarios en el Congreso Nacional Indígena aparecen en lo que hemos llamado el tenor provocador de este semillero: los medios de despojo. A diferencia de los medios de producción y circulación, que tienen como identidad el robo legal. Con leyes, un ejército de abogados, autoridades corrompidas por unos cuantos billetes, un sistema jurídico hecho por los de arriba para dejar fuera a los de abajo, que realizan robos descarados de miles de hectáreas. Éstas pasan de estar dedicadas al cultivo a modificar su uso para el recreo, para la miseria y para la explotación maderera y acuífera. En pocas palabras, para los pueblos originarios el sistema jurídico es sólo un medio de despojo. El avance de la violenta maquinaria capitalista en sentido figurado y en sentido real que deja muchas personas sin nada. Las han desposeído y sólo les han dejado cuerpo y conocimientos. En ese proceso, el gran papel lo desempeñaron, como es sabido: la Conquista, el sojuzgamiento, el homicidio motivado por el robo, en una palabra la violencia. Al describirnos la violencia con que son atacados los pueblos originarios no hablan de hace siglos, sino de hace algunas semanas”.
Libro espléndido que tiene una lectura a la vista de otra lectura subterránea, donde aparece la gestualidad de los pueblos originarios, textualidad de la que el supcomandante Galeano es artífice cuando usa la máscara, se descubre, y cuando se la quita, parece que está cubierto.
Sin proponérselo o proponiéndoselo los zapatistas (Galeano) está en la línea del dramaturgo francés Antonin Artaud que dedicó su vida a los tarahumaras. Jacques Derrida, el filosofo francés, incluye a Artaud en su filosofía en lo que llama “la sustracción”, que no es para Artaud una abstracción. La categoría de lo furtivo no vale sólo para la voz o la escritura descarnada. Si la diferencia del fenómeno se hace signo robado o sólo hurtado, es que el primer término se fija en la desposesión total que lo constituye como la privación del sí mismo, sustracción de la existencia a la vez de cuerpo y del espíritu, de la carne.
Dice Artaud: “Si mi palabra no es mi aliento, si mi letra no es mi palabra, si mi fuerza y mi aliento no es el cuerpo, el cuerpo no es ya mi gesto, mi gesto no es ya mi vida; hay que restaurar en el teatro la integridad de la carne desgarrada por todas esas diferencias. Una metafísica de la carne que determina el ser como vida, el cuerpo como cuerpo propio, pensamiento no separado del espíritu seguro, pues el espíritu pertenece a la materia”.
El estigma, y no el tatuaje y la máscara, así en la exposición de lo que habría tenido que ser el primer espectáculo del Teatro de la Crueldad, afirma Artaud: “La Conquista de México, que encarna la cuestión de la colonización, habría hecho revivir de manera brutal, implacable, sangrante, la fatuidad de Europa”. El estigma sustituye al texto del desorden moral y la anarquía católica, se pueden hacer surgir inauditas conflagraciones de fuerzas e imágenes sembradas, aquí y allá de diálogos brutales. Todo esto a través de luchas de hombre a hombre que llevan consigo como estigmas las ideas más opuestas.
Bajo la palabra “lenguaje” no debe entenderse sólo la expresión del pensamiento en palabras, sino también el lenguaje gestual y cualquier otro tipo de exposición de la actividad síquica como la escritura no fonética. Si se reflexiona en que los medios de puesta en escena en el sueño son principalmente imágenes visuales y no palabras nos parece más justo comparar el sueño con un sistema de escritura que con una lengua. De hecho, la interpretación de un sueño es de parte a parte análogo al desciframiento de una escritura figurativa de la antigüedad, como los jeroglíficos egipcios, o las cosmogonías orientales o la mexicana.
En cualquier caso, es notable que Artaud describa el juego del habla y la escritura en la escena de la crueldad de acuerdo con los mismos términos de Freud y de un Freud que había sido bastante poco explicado por ese entonces... no se trata de asumir el habla articulada, sino de dar a la palabra aproximadamente la misma importancia que tiene en lo sueños.
Nuevamente, felicidades y mi gratitud al supcomandante Galeano, al subcomandante Moisés y a mi maestro y amigo Luis Villoro.
Ver Teatro de la crueldad y Clausura de la representación en la escritura y la diferencia, de Derrida, editorial Anthropos.