Río de Janeiro., Luiz Inácio Lula da Silva prometió ayer que de ser electo presidente el domingo luchará contra el hambre y la pobreza, y desarrollará una política fiscal responsable, al advertir que en la segunda vuelta “lo que está en juego es la elección entre dos proyectos completamente diferentes para Brasil.
“Las primeras medidas de nuestro gobierno serán rescatar del hambre a 33 millones de personas y a más de 100 millones de brasileños de la pobreza. La democracia sólo será verdadera cuando toda la población tenga acceso a una vida digna, sin exclusiones”, dijo el también ex líder metalúrgico en un texto que tituló “Carta para el Brasil de mañana”.
Lula, quien gobernó de 2003 a 2011, enumeró 13 propuestas para la reconstrucción del país, entre las que figuran la apuesta por el crecimiento económico, la creación de empleos y la inversión en salud y educación.
En materia de desarrollo económico, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) reiteró que una de las primeras iniciativas será reanudar las obras paralizadas, y se comprometió además a combinar una política fiscal con responsabilidad social y desarrollo sostenible.
Aseguró que su gobierno construirá una estrategia nacional para avanzar hacia la economía del conocimiento. “Brasil no necesita depender de las importaciones de respiradores, fertilizantes o diésel y gasolina. No hay necesidad de depender de las compras a otros países de microprocesadores, satélites, aeronaves y plataformas. Nuestro país tiene un potencial que debe potenciarse en el software, defensa, telecomunicaciones y otros sectores de nuevas tecnologías”, señaló.
En la carta, Lula criticó además al actual presidente y su rival, Jair Bolsonaro. “Brasil ya no puede estar en manos de quienes admiran la dictadura militar e idolatran a monstruosos torturadores. Brasil no puede quedar en manos de personas que cuestionan nuestro proceso electoral, buscando crear condiciones para golpes de Estado y aventuras totalitarias”, sentenció.
Subraya que la del próximo domingo no es una elección cualquiera: “Lo que está en juego es la elección entre dos proyectos completamente diferentes para Brasil. Uno es el país del odio, la mentira, la intolerancia, el desempleo, los bajos salarios, el hambre, las armas y la muerte (…) y otro es el país de la esperanza, el respeto, el empleo, el salario digno, la jubilación digna, los derechos y oportunidades para todos y todas”, afirma el candidato presidencial.
Por lo pronto, el ex mandatario Fernando Henrique Cardoso (1995-2003), histórico rival de Lula, pidió en un video: “Mis amigos y amigas; tú que gozas de mayor calidad de vida con el real (la actual moneda que se consolidó durante su gobierno) y crees en Brasil, en estas elecciones, no tengas dudas, vote a Lula, porque su vida mejorará más aún”.
Lula tiene 53 por ciento de intenciones de los votos válidos –excluyendo blancos y nulos– contra 47 por ciento de Bolsonaro, según una encuesta del Instituto Datafolha, dada a conocer ayer, con un margen de error de dos puntos.
El Tribunal Supremo Electoral a su vez negó la solicitud de Bolsonaro de investigar a las emisoras de radio por dar supuestamente preferencia a Lula, al considerar la falta de pruebas, informó el portal brasileño G1.
En tanto, la revista británica Nature consideró que un segundo mandato de Bolsonaro representaría “una amenaza para la ciencia, la democracia y el medio ambiente” y destacó las políticas de financiamiento social que se llevaron a cabo durante los años de mandato Lula en materia de educación, ciencia y ecología.