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Economía

2022-10-26 06:00

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El director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, contestó puntualmente cada una de las críticas de los representantes panistas, que tras lanzar sus palabras huyeron del pleno de la cámara legislativa. La imagen corresponde al lunes pasado.
El director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, contestó puntualmente cada una de las críticas de los representantes panistas, que tras lanzar sus palabras huyeron del pleno de la cámara legislativa. La imagen corresponde al lunes pasado. Foto Luis Castillo
Periódico La Jornada
miércoles 26 de octubre de 2022 , p. 26

Fiel a su práctica porril, los blanquiazules en San Lázaro otra vez quisieron armar show –y de ahí tomar escenas para su miserable propaganda–, pero se toparon con pared: regaron una interminable cantidad de falsedades, insultos y calificativos en contra de Petróleos Mexicanos (Pemex), sólo para abandonar inmediatamente el recinto parlamentario (que los panistas han convertido en su circo) y así evitar la puntual respuesta del director general de la mayor empresa pública del país. Para esa sucia borregada del cirio perpetuo lo único importante es la chicana.

Por ello, en su comparecencia ante comisiones de la Cámara de Diputados, Octavio Romero, director general de Pemex, calificó de “mentirosos, mentecatos e ignorantes” a los legisladores panistas que, “sin ética, golpean, insultan y corren… actúan como quien pasa por una calle, toma una piedra, rompe un vidrio y sale corriendo… Discúlpenme, porque estoy en la casa de los diputados, pero no tengo menos que decirlo”. En ese momento, los avientapiedras panistas ya no estaban presentes en el recinto parlamentario de San Lázaro.

Antes de correr, uno de ellos acusó a los morenistas de llevar a Pemex “a la quiebra técnica” (algo que sucedió a partir del sexenios de Vicente Fox), mientras otro afirmó, sin sonrojarse, que “este es el gobierno que más ha endeudado al país”, con Petróleos Mexicanos a la cabeza, cuando en los hechos el régimen neoliberal no sólo desmanteló y privatizó a la ahora empresa productiva del Estado, sino que la endeudó a más no poder y la quebró. Esa fue la herencia para el gobierno de López Obrador, y los números que lo confirman no son de la 4T, sino de los propios gobiernos prianistas que procedieron en tal sentido.

¿Qué provoca la furia de los panistas y uno que otro gritón? Que no pudieron enterrar a Pemex, a pesar de los feroces intentos de seis gobiernos neoliberales al hilo. Se les apestó el negocio privado que tanto planearon, cuyo aspecto central era reventar a la otrora paraestatal. Pero se quedaron con las ganas y de ahí su descomunal berrinche, porque Petróleos Mexicanos sigue siendo de la nación, es la empresa que más aporta al fisco y sus niveles de producción van en ascenso, pese a la orquestada masacre de los prianistas.

¿Sabrán leer los diputados panistas que acusan a la 4T de quebrar Pemex? ¿Entenderán algo de números, de sumas y restas? Pues no, porque les resultaría más que suficiente consultar los estados financieros dictaminados de Petróleos Mexicanos para ponerle nombre y apellido a los responsables y fecha de la quiebra técnica, la cual data de, cuando menos, dos décadas atrás, siempre basada en la política privatizadora del régimen neoliberal. Sin embargo, eso les tiene sin cuidado, porque para ellos lo importante es el show, el griterío y, rápidamente, esconder la mano y abandonar el recinto parlamentario. Un asco, pues.

Pues bien, esos estados financieros revelan que de 1990 –gobierno de Carlos Salinas de Gortari– a 2018 –con Enrique Peña Nieto en Los Pinos– los pasivos totales de Pemex crecieron exponencialmente, al pasar de 30 mil 732 millones de pesos en 1990 (alrededor de 10 mil millones de dólares de la época) a 3 billones 535 mil millones en 2018 (algo así como 177 mil millones de dólares por esas fechas). Y ello sucedió en el régimen neoliberal, no en la 4T.

Por el lado de los activos, en 1990 sumaban alrededor de 132 mil 506 millones de pesos (por ahí de 44 mil millones de dólares, al tipo de cambio de entonces), y en 2018 llegaron a 2 billones 75 mil millones de pesos (más o menos 103 mil 760 millones de dólares).

Al cierre del gobierno de Peña Nieto los pasivos totales de Pemex resultaron 70 por ciento mayores a los activos, pero la quiebra técnica se incubó desde Salinas. Para dar una idea, éste multiplicó por 2.7 veces los pasivos de la paraestatal; Zedillo por 5; Fox, por 2.8; Calderón, por 2 (además, ese par obtuvo los mayores excedentes petroleros de la historia, y aun así endeudaron a la empresa), y Peña Nieto por 1.6. A la par, los activos totales cayeron en picada.

Entonces, ¿quién quebró a Pemex?

Las rebanadas del pastel

Tocan a la puerta: “¿está Borolas?” No, huyó rápido y furioso, porque “hay una investigación internacional en su contra” relacionada con tráfico de armas durante su sexenio. Denuncia el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, que “Felipe, El Pequeño, no sólo bañó de sangre al país y lo militarizó, sino que él y su administración terminaron convertidos en traficantes de armas”.

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