La deuda pública no es el gran problema de nuestra economía, su manejo ha sido responsable, su perfil de vencimiento es muy holgado y no genera presiones, al grado de que en 2024 representaría casi 50 por ciento del producto interno bruto (PIB), promediando una proporción similar a lo largo del sexenio, reportó Engen Capital.
Si bien se trata de la mayor proporción desde la década de 1980, cuando la deuda se ubicaba hasta en 61 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 1986, el repunte de cinco puntos porcentuales previstos para la actual administración es más moderado que los más de 11 puntos registrados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y los más de 12 puntos de Felipe Calderón, reportó la firma financiera.
“En consecuencia, la probabilidad de que México pierda su grado de inversión es bajo. El gobierno ha sido responsable con ambos temas y no hay expectativas de que se vayan a deteriorar significativamente”, detalló en un estudio económico.
La precisión de la firma financiera se da en un marco en que el costo de la deuda pública se ha disparado a consecuencia de los incrementos en las tasas de interés por parte de los bancos centrales y en el Senado, legisladores consideraron que el nivel de endeudamiento programa para el próximo año, 22 por ciento mayor al programado para este año, “prende los focos amarillos”.
Al cierre de esta administración, Engen Capital prevé que la deuda pública aumentará 5.8 billones con relación a 2018. En términos nominales será el mayor incremento sexenal de la deuda pública. En términos relativos, “que es como se debe evaluar la gestión de la deuda, el aumento será de 54 por ciento”.
Destacó que si bien el gasto no se ha orientado mayormente a obras de inversión, “que hubiera sido lo óptimo”, han aumentado los ingresos y con ello se ha logrado contener el déficit fiscal. Este ha incrementado de 2.1 por ciento del PIB en 2018 a 3 por ciento que se estima para el cierre de este año.
“En suma, la deuda pública no es el gran problema de nuestra economía”, pero sí lo son la baja inversión que se realiza cada año y el consecuente bajo crecimiento económico, recapituló la firma financiera.
“En este sexenio, la inversión retrocedería alrededor de 0.7 por ciento promedio anual, mientras que el PIB crecería apenas 0.2 por ciento al año. Cuando estos dos temas se resuelvan, automáticamente se resolverían otros temas socioeconómicos del país”, consideró.