Casi a la una de la tarde, salió del CCH Sur un robusto contingente de jóvenes, quienes principalmente exigen justicia por una denuncia de violencia sexual en el plantel. Caminaron 3 kilómetros y medio hacia Ciudad Universitaria, vestían de negro con capuchas o paliacates que cubrían sus rostros.
Mientras avanzaban, el tráfico se desquiciaba; ya en el campus universitario, brigadas de mujeres hicieron pintas en muros, trabes y paredes de las facultades de Medicina, Economía, Derecho y Filosofía y Letras.
Pasadas las 2 de la tarde, se concentraron en la explanada de rectoría. Sumaban más de medio millar. Organizaron brigadistas de vigilancia, quienes advertían a periodistas y curiosos que se abstuvieran de tomar fotos y videos, “porque no respondemos si se arma el desmadre.”
La manifestación se instaló frente a la puerta principal de la rectoría –que para entonces ya se encontraba cerrada–, corearon consignas y al mismo tiempo otras brigadas la emprendieron contra el inmueble: tres mujeres treparon a la marquesina de la puerta y una de ellas garabateó con pintura en aerosol negro la base del mural El derecho a la cultura de David Alfaro Siqueiros.
Desbordada en el paroxismo, una joven gritó: “¡bajen la bandera!”, y una brigada cumplió. Se encargó del lábaro. Los inconformes extendieron el lienzo monumental y le prendieron fuego entre expresiones de júbilo y brincos. Colocaron petardos en la puerta del edificio y sólo uno estalló. Después de las cuatro de la tarde quedaron humeantes las cenizas de la bandera.
Los eventos de violencia que provocaron daño al patrimonio universitario, de parte de jóvenes encapuchados, en la rectoría y la explanada de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM ) tuvieron respuesta de la autoridad universitaria: “desvirtúa el fondo del reclamo, porque denunciar la violencia ejerciendo la violencia con tanta brutalidad” es un contrasentido. La manifestación se había anunciado como pacífica, sostuvo la UNAM.
El lunes de la semana pasada, una alumna del CCH Sur denunció haber sido atacada sexualmente, y ayer la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, le recomendó acercarse a las autoridades capitalinas. Expuso que el hecho ocurrió en el plantel, y corresponde a la autoridad universitaria dar la primera atención a la joven, pero si se solicita intervención del Ministerio Público se atenderá de forma inmediata.
La Fiscalía de Justicia de la capital informó que desde el pasado 17 de octubre abrió una carpeta de investigación por el delito de violación, tras una denuncia de la víctima.
Al término de la manifestación, la UNAM emitió respuesta: “Sobre los actos vandálicos perpetrados esta tarde contra la Torre de la Rectoría, de bienes artísticos, como el mural de David Alfaro Siqueiros, y otros espacios escolares, la universidad señala: siempre ha sido sensible y respetuosa ante la protesta pacífica de universitarios, más aun cuando se realiza por motivos tan sensibles como la violencia de género y en demanda de mayor seguridad.
“Las agresiones y los daños ocasionados al patrimonio universitario y, por tanto, de la nación, desvirtúan el fondo de la manifestación. Ejercer la violencia con tanta brutalidad, cuando se dice estar contra la violencia, es un contrasentido.
“Rectoría no elude sus responsabilidades y reitera su entera disposición a escuchar y atender las justas demandas de cualquier miembro de la comunidad abierto al diálogo, como única vía para lograr acuerdos. Reprueba absolutamente la agresión sexual cometida contra una alumna del Colegio de Ciencias y Humanidades, y refrenda su voluntad de seguir colaborando con las autoridades competentes que investigan el hecho, a fin de dar con el responsable.”