Guanajuato, Gto., Tras lograrse un acuerdo entre fotógrafos turísticos y los propietarios de los dos icónicos balcones que forman el romántico Callejón del Beso, nuevamente cientos de personas acuden diariamente para unir sus labios y captar ese momento en sus celulares.
Parejas de todo el mundo que visitan estos días Guanajuato con motivo del Festival Internacional Cervantino (FIC) hacen fila para subir y pagar 50 pesos por ingresar a cada balcón; por el beso en el escalón, abajo, cobran 100 pesos. La leyenda indica que un beso ahí traerá felicidad durante 15 años, de lo contrario, serán siete de mala suerte; a las personas que van solas no les pasa nada.
De acuerdo con los guanajuatenses, los balcones fueron protagonistas del amor entre Ana, una rica española, y Carlos, un humilde minero, a quien le rentaban un cuarto en la casa del lado derecho. El padre de Ana descubrió los encuentros entre los dos enamorados a través de las ventanas y, como castigo, primero encerró a su hija, pero como los encuentros continuaban, un día entró a la habitación de Ana y le clavó una daga en el pecho. Carlos alcanzó a darle el último beso en su mano.
La trágica historia de amor ha sido utilizada por fotógrafos y guías de turistas que aprovechan los periodos vacacionales y del Cervantino para ganar un dinero extra por sus servicios.
Los novios escuchan los diferentes tipos de beso que pueden darse antes de decidir qué fotografía eligen o si aceptarán el paquete completo de ósculo en el balcón y en el escalón por 200 pesos.
El guía les dice que está el beso del monaguillo: “Hasta que la lengua toque la campanilla”, o el árabe: “Cuando la saliva va y viene y con la lengua se entretiene”. A las chicas que van solas les comenta que existe el beso de vacas, que es el que le dan a “cualquier güey”.
Este fin de semana se registró gran afluencia de parejas con ganas de juntar sus bocas, en su mayoría jóvenes, que bromeaban cuando veían a unos enamorados tardarse. “¡Nada más es un beso, no estén de cachondos!”, gritaron a unos novios que demoraron en besarse en el tercer escalón rojo, mientras otra persona exclamaba: “¡Ya dejen de agasajarse y avancen!”
El Callejón del Beso se encuentra atrás de la plaza Los Ángeles, en el Centro Histórico de la Ciudad de Guanajuato.