Ciudad de México. El Pachuca, contra viento y marea, salió de Monterrey con el pase a la final de la Liga Mx después de imponerse 0-1 en la semifinal de vuelta y sonreír con un global de 6-2 que los acerca a la conquista de un nuevo campeonato.
El partido fue un atolladero para los Tuzos, porque cada emboscada regiomontana provocaba un desastre en su zona de seguridad. Tres atajadas espectaculares del portero Oscar Ustari, en menos de 10 minutos, le negaron a los Rayados la posibilidad de soñar con la remontada. Rogelio Funes Mori lo intentó de cabeza, luego con un remate acrobático y al final en un mano a mano, pero el argentino rechazó todo lo que estuvo a su alcance.
Como energúmeno, el técnico Guillermo Almada salió de su banca y recurrió a los gritos para sacar del trance a su equipo y evitar caer en desventaja. En los duelos individuales, los seleccionados Luis Chávez y Erick Sánchez no compitieron contra los argentinos Maxi Meza y Matías Kranevitter, muy superiores en la recuperación de la pelota. Mismo caso de Romario Ibarra y Paulino de la Fuente en las laterales. Pero los problemas del Monterrey siguieron en ataque.
Hubo momentos en que los Rayados atacaron con al menos cuatro jugadores, desde delanteros hasta mediocampistas, sin poder reflejar en los cartones el poderío que presumieron durante la fase regular. Tras las fallas de Funes Mori, Germán Berterame, Rodrigo Aguirre, Luis Romo y Meza sumaron intentos sin éxito frente al arco defendido por Ustari.
La obligación de ganar por tres goles fue una carga explosiva para los de casa. Aunque fueron mejores, la impaciencia empezó a detonar silbidos de sus aficionados. De la misma manera que lo hizo el Toluca en su serie contra el América, el Pachuca siguió su propio manual para defender. Su éxito se sostuvo en el esfuerzo y sacrificio, pero sobre todo en la capacidad de su guardameta.
No conforme con las salvadas del inicio, Ustari se agigantó al detener un remate de Berterame en el borde del área chica, luego de un centro pasado a segundo poste. Era tal la desesperación de los regiomontanos de celebrar un gol que en la siguiente jugada, en la que el 9 de Rayados estrelló su disparo en el poste, se activaron los fuegos artificiales por error.
Llegado el minuto 79, el árbitro Luis Enrique Santander resolvió la única acción controvertida de la noche, señalando como falta fuera del área una barrida sobre el uruguayo Aguirre. El final fue un cúmulo de buenas intenciones de los locales, combinado con la resistencia casi heroica de los hidalguenses.
Ya en tiempo de compensación, producto de una barrida de Sebastián Vargas dentro del área señalada como penal, Avilés Hurtado venció al portero Esteban Andrada con un riflazo de derecha (90) y gritó con furia la eliminación de los Rayados, su ex equipo. Como consecuencia, llovieron vasos con líquido al terreno de juego y los seguidores albiazules despidieron al colombiano con reproches, a la par de quienes fueron sus compañeros.
“Fue una serie difícil, con un ambiente de primera. Supimos aguantar los primeros 45 minutos. Creímos y trabajamos para estar en una final, es una recompensa”, declaró Usari al final del duelo.
Ahora, el Pachuca enfrentará al Toluca en una serie a ida y vuelta, que se definirá en jueves y domingo, por el título de la Liga Mx.