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Cultura

2022-10-24 09:39

Prefiero estar con máquinas que con seres humanos, afirma Jean-Michel Jarre

El francés, en uno de sus multitudinarios conciertos.
El francés, en uno de sus multitudinarios conciertos. Foto tomada de https://www.facebook.com/jeanmicheljarre

Jean-Michel Jarre es un pionero de la música electrónica que saltó a la fama en 1976 con su álbum Oxygène, grabado con un sintetizador que “parecía una central telefónica”, una primitiva caja de ritmos Korg modificada con Sellotape, y un viejo Mellotron que tenía sólo unas pocas teclas de trabajo.

Casi cinco décadas y 80 millones de ventas de álbumes después, The Independent habla en París con el artista ahora que lanza su disco de estudio número 22, Oxymore, en audio espacial de 360 grados. En lenguaje sencillo, esto significa que la música se reproduce a través de 29 altavoces dispuestos de manera que rodeen al oyente. “Durante décadas hemos tenido una relación frontal con la música”, afirma Jarre.

“La relación con la música es la misma que tienes con una pintura. Con la tecnología moderna puedes volver a una forma muy natural de escuchar música. Estoy convencido de que esto será un cambio total de juego.”

Los orígenes de Oxymore se remontan a 2015, cuando Jarre debía colaborar con Pierre Henry, figura fundamental de la música electrónica y uno de los primeros defensores de la llamada música concreta, género de composición que utilizaba sonidos grabados como materia prima, desde instrumentos musicales hasta cintas de grabaciones de campo. Los dos tenían la intención de trabajar juntos en E-Project, lanzado como un álbum en 2015. Sin embargo, la colaboración no tuvo lugar.

Henry falleció en 2017. “Unos meses después de su muerte, me puse en contacto con su viuda, y me dijo que él me había dejado algunos sonidos en caso de que algún día quisiera hacer algo con ellos”, cuenta. Fueron esos fragmentos de sonidos los que Jarre utilizó como punto de partida para el nuevo disco, el cual espera que no sólo honre a Henry, sino también destaque la influencia continua de la música concreta.

“Los músicos concretos tuvieron gran influencia en cómo componemos en estos días, ya sea hip-hop, punk, rock o música electrónica”, asegura Jarre. “Abrieron el campo del muestreo cuando salían con un micrófono y grababan el sonido de la vida, mezclándolo con instrumentos acústicos. Crearon tantas cosas (que son usadas) en estos días por los diyéis, como scratching, tocar vinilo al revés y samplear. Todos somos hijos de estos tipos”.

Jarre siempre se consideró uno de esos niños, pero fue sólo hacer el álbum lo que lo llevó a revisitar su infancia y sus primeras aventuras en el sonido. Tenía 10 años y vivía en Lyon, Francia, después de que sus padres se separaron, cuando su abuelo le regaló una grabadora. Su padre, Maurice, era un compositor de bandas sonoras de películas que se había ido a Estados Unidos. “Mi padre estaba totalmente ausente, concentrado en su trabajo e ignoraba a su familia, a sus padres y a sus hijos”, recuerda.

El joven Jean-Michel pasaba horas en su balcón grabando los sonidos de la calle. No lo sabía entonces, pero era un enfoque muy similar a lo que Henry había hecho con su música concreta. Más tarde estudió composición musical clásica y, a fines de la década de 1960, lideró una banda proto-punk llamada The Dustbins. “Fue entonces cuando visité por primera vez Radio France. Tocaba en una banda y el padre del baterista trabajaba aquí como periodista musical. Recuerdo robar osciladores y filtros de los estudios de radio para hacer música”, relata.

Eterrealismo ambiental y espacial

Jarre lanzó su álbum debut como solista, Deserted Palace, en 1972, pero fue el eterrealismo ambiental y espacial de su seguimiento, Oxygène, lo que lo convirtió en estrella. Fue rechazado por todos los principales sellos discográficos antes de ser lanzado por uno independiente francés en el invierno de 1976. “Recuerdo estar en los Campos Elíseos y ver a Elton John salir de una tienda de discos con 10 copias bajo el brazo. Mi editor, que estaba conmigo, dijo: ‘Creo que esto va a ser un éxito’”, destaca.

El álbum llegaría a vender 12 millones de copias; los discos posteriores, aunque no tan exitosos comercialmente, continuaron viendo a Jarre innovando con el arte de hacer ruido.

Fue influenciado en su música no sólo por Henry y la banda electrónica alemana Tangerine Dream, sino también por el trabajo de pintores expresionistas abstractos estadunidenses. “Jackson Pollock siempre ha sido una gran fuente de inspiración”, señala. “Siempre pensé que el expresionismo abstracto era menos intelectual que los paisajes. En lugar de llamarlo pintura abstracta, debería llamarse concreta”.

Los conciertos en vivo de Jarre se volvieron leyenda. Fue el primer artista occidental en ser invitado a actuar dentro de la República Popular China. Tocó ante multitudes gigantescas: a un concierto en París asistieron 2.5 millones de personas, y uno en Moscú siete años más tarde fue presenciado por 3.5 millones. Estas actuaciones épicas fueron inspiradas, sostiene, por la ópera.

“La música electrónica era tan abstracta para el público, así que pensé que la mía también debería estar influenciada por la ópera. Necesitaba rodearme de los carpinteros de mi generación: diseñadores de iluminación, videoartistas y proyeccionistas”, comenta.

En los años pasados, ha abrazado las posibilidades de la realidad virtual: tocó en una Notre Dame virtual en la víspera de Año Nuevo de 2020, y para el más reciente álbum ha creado un nuevo espacio de realidad virtual donde puede actuar frente a avatares de miembros de la audiencia de todo el mundo. ¿Significa esto que, después de la pandemia, los días de los megaconciertos en vivo han terminado? “Hemos cambiado paradigmas, nuestra relación con el mundo exterior, nos preocupamos mucho más por el medio ambiente. Nada va a remplazar (la experiencia en vivo), pero la realidad virtual debe considerarse un modo de expresión en sí mismo, como otra posibilidad”. Habla sobre una experiencia de realidad virtual que realizó: “Había una chica de Manchester que había bailado toda la noche. Comencé a hablar con ella y me dijo que era tetrapléjica, esta era la primera vez que compartía un evento en vivo con otras personas”.

Entusiasmo por el futuro

El entusiasmo de Jarre por el futuro, cómo suena y cómo podría verse, es particularmente impresionante dado que ha estado haciendo música durante medio siglo. “Hay un aspecto misterioso en la creatividad. No entiendo lo que he hecho, y no sé cómo lo hice. Todavía me siento como un niño travieso frente a sus nuevos juguetes”, precisa.

Puede que no esté seguro de cómo lo hizo, pero su música ha sido citada como una influencia por artistas como Moby, quien recuerda: “Cuando escuché por primera vez Oxygène sonaba como si viniera de un universo diferente”.

El compositor de cine Hans Zimmer ha dicho de Jarre: “No creo que haya un músico electrónico que no esté influenciado por él”; mientras, Gary Numan dijo una vez que “él comenzó todo y todos estamos siguiendo lo que él empezó”.

Le pregunto qué piensa de la próxima generación de diyéis franceses, como David Guetta. “Son como mis hermanos pequeños, pero están más en el lado pop, produciendo canciones con vocalistas, lo cual es un talento, aunque es diferente a mi música, que tiene raíces en composiciones de música clásica”.

Oxymore es el séptimo álbum de Jarre en siete años, una aceleración en la producción que se debe en parte a la conciencia de que el tiempo no está de su lado. “Tu relación con el tiempo cambia. Mientras tus padres estén vivos, piensas en el tiempo que pasa. Cuando ellos ya no están allí, piensas en el tiempo en términos del que te queda”.

No es sólo envejecer lo que explica su productividad. Jarre ha hablado en el pasado de que la música es una adicción. “Es una pasión que lo consume todo. Puede sonar muy egoísta, pero prefiero pasar tiempo con las máquinas que con los seres humanos”.

Jarre puede decir que prefiere pasar tiempo con máquinas, pero en persona es una tremenda compañía. Nuestra conversación estaba programada para durar una hora, pero se extiendió tres y sólo terminó porque tiene una cita en el hospital a la que no puede faltar. Su obsesión con la música inevitablemente tiene un precio, y el hecho de que se haya casado cuatro veces, incluido un matrimonio de 20 años con Charlotte Rampling que terminó en 1997, puede no estar completamente desconectado. (Las acusaciones de infidelidad no pueden haber ayudado).

“He echado de menos muchas cosas, como pasar tiempo con mis hijos, con mi familia, como mi madre, una mujer fantástica, y sé que me perdí momentos muy importantes con ella. Si quieres tener una vida privada tranquila, entonces no te conviertas en músico.”

Y lo que Jarre necesita más que nada es seguir haciendo música. El tiempo es corto y no lo tiene para mirar hacia atrás. “La nostalgia es muy negativa para la mente humana. Estar atrapado en la nostalgia es triste… Está un poco enfermo. Lo siento por aquellos que tienen miedo por el futuro”.

Oxymore fue lanzado el 21 de octubre.

Traducción: Juan José Olivares

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