Para resguardar a las infancias que deben abandonar sus lugares de origen, urge establecer un mecanismo trasnacional de protección de niñez migrante y refugiada, expuso Juan Martín Pérez García, coordinador de Tejiendo Redes Infancia para América Latina y el Caribe.
Añadió que en el actual contexto de expulsión de venezolanos desde Estados Unidos a México, muchos de los cuales vienen acompañados con niños y adolescentes, tener un esquema como el señalado haría menos peligroso su traslado hacia el norte.
Pérez García precisó a La Jornada que las infancias migrantes cada vez están más expuestas a las acciones criminales de la delincuencia organizada y a los abusos de elementos castrenses, debido a la mayor participación en la región de fuerzas armadas en temas migratorios.
“Hemos estado insistiendo en que se debe progresar en un mecanismo trasnacional de protección integral de niñez migrante y refugiada entre las autoridades de los respectivos países, en este caso Venezuela con los países centroamericanos y México”.
Lamentó que “todos los países estén avanzando en la militarización para controlar los flujos migratorios, porque eso no sólo es violatorio a los derechos humanos, sino que también los orilla a ir por rutas cada vez más complicadas y con mayor riesgo, lo que se traduce en mas muertes”.
Recordó que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha incorporado entre sus recomendaciones la creación de este instrumento para proteger a las infancias migrantes y que esto se centró en diversos aspectos: “reducir la militarización en términos de la atención a la niñez migrante y refugiada, que sean las autoridades de infancia las que los atiendan en el primer contacto y que la determinación del interés superior de la niñez se haga de forma coordinada”.
Colapso en frontera Colombia-Panamá
La Red Eclesial Latinoamericana y Caribeña de Migración, Desplazamiento, Refugio y Trata de Personas (Red-Clamor), indicó que la frontera entre Colombia y Panamá ha “colapsado”, pues las estaciones migratorias “no dan abasto”.
Dicha información fue difundida por la Agencia de Noticias del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), con base en lo informado por el laico Jorge Ayala, quien expuso que en la región de la selva del Darién las estaciones migratorias recibían de 500 a 600 personas mensualmente, pero a partir de agosto “se disparó y acá estamos recibiendo entre mil 500 y 2 mil personas aproximadamente por día”.
Añadió que, tras el anuncio de Estados Unidos sobre las nuevas disposiciones para los venezolanos, “estamos teniendo personas que se están regresando a Panamá desde Nicaragua y Costa Rica para tratar de gestionar acá alguna categoría migratoria” y conminó a organizar vuelos humanitarios.