El canciller Marcelo Ebrard, uno de los aspirantes a suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador en 2024, manifestó ayer su convicción de que los principios se deben anteponer a los cálculos electorales y aseguró que dos de sus sueños son reducir las brechas de desigualdad y ver la unidad latinoamericana.
En el VII Encuentro de Jóvenes de la Alianza del Pacífico, que se celebra en la Ciudad de México, Ebrard recordó que cuando era jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal (2006-2012), periodo en el que se impulsaron y aprobaron en la capital del país la interrupción legal del embarazo y el matrimonio igualitario, “había quien decía: va a tener un gran costo electoral, vamos a perder las elecciones si hacemos eso”.
El titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores narró que ante esas consideraciones electorales, él respondía que se trataba de temas en los que creía su proyecto, por lo que debían respaldarse. “Dije: es identitario, es en lo que creemos, es nuestra convicción y lo vamos a hacer. Y lo hicimos y nos fue bien”.
Interrogado sobre cuáles eran sus sueños de juventud, Ebrard recordó que estudió relaciones internacionales –es egresado de esta licenciatura que cursó en El Colegio de México– inspirado por un viaje que hizo en su niñez.
“De niño un tío mío me invitó a Estados Unidos, para ir a Disneylandia. Fuimos por tierra. Primero conocí todo el norte de México y cuando crucé la frontera, vi un contraste tan grande de los niveles de vida que me marcó para siempre. Mi sueño siempre ha sido cerrar la brecha, que tengamos un país más desarrollado, más justo, igualitario; tenemos muchas desigualdades”, expresó el funcionario.
Su otra gran aspiración es “la patria latinoamericana y el Caribe”.
“¿Por qué no estamos más unidos, por qué no hacemos causa común, por qué no nos defendemos juntas y juntos?”, reflexionó.