Washington. El covid-19 impulsó un incremento drástico en el número de mujeres que murieron por complicaciones del embarazo o del parto en Estados Unidos en 2021, una crisis que ha afectado de forma desproporcionada a las hispanas y de raza negra, según un informe del gobierno dado a conocer ayer.
El informe muestra una tendencia desalentadora en todo el país para las embarazadas y sus bebés neonatos.Las muertes relacionadas con la gestación se han disparado casi 80 por ciento desde 2018, y el covid fue un factor en 25 por ciento de mil 178 decesos reportados el año pasado.
El porcentaje de bebés prematuros o con bajo peso también aumentó en 2021 luego de mantenerse constante por años. Además, hay más mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz que reportan síntomas de depresión.
“Ya estábamos en medio de una crisis con la mortalidad materna en nuestro país”, dijo Karen Tabb Dina, investigadora en salud maternal en la Universidad de Illinois, “Esto muestra en verdad que el covid-19 ha exacerbado esa crisis a tasas que, como país, no podemos manejar”.
La Oficina de Rendición de Cuentas del Gobierno de Estados Unidos, organismo apartidista que elaboró el informe, analizó los decesos relacionados con el embarazo después de que el Congreso, en su iniciativa de asistencia contra el coronavirus de 2020, ordenó que se llevara a cabo una revisión de los resultados de salud maternal.
La tasa de mortalidad materna en Estados Unidos es más alta que en muchos países desarrollados y había ido en aumento en los años previos a la pandemia, pero el SARS-CoV-2 empeoró las condiciones para las embarazadas de la nación. Las mujeres que contraen el virus durante la gestación enfrentan riesgos elevados a la salud. La escasez de personal y las restricciones relacionadas con el virus crearon más obstáculos para que las embarazadas recibieran atención médica presencial.
Advertencia de la OMS
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo ayer que el covid-19 sigue siendo una emergencia mundial, casi tres años después de que se declarara por primera vez.
La agencia de la ONU ha dicho en los últimos meses que, aunque los casos están bajando en algunas partes del mundo, los países todavía tienen que mantener la vigilancia e impulsar la vacunación de sus poblaciones más vulnerables.