Bien lo ha subrayado el presidente colombiano Gustado Petro: en su afán hegemónico, “Estados Unidos prácticamente está arruinando a todas las economías del mundo”, y lo que dice el mandatario no es un relato mágico desde Aracataca, sino una realidad contundente, porque los gringos “toman decisiones para protegerse ellos solos, a veces sin pensar en lo que va a ocurrir, sin importar lo que suceda con los demás países; a través de sus medidas, se vacía a las economías latinoamericanas, se saquea a Latinoamérica”. Por ello, urge “establecer una agenda común para defender a América Latina de la crisis mundial que se avecina; es hora de que todos los países de la región se reúnan ante la crisis mundial y construyan una agenda propia”.
No es menor la advertencia ni la convocatoria de Petro, porque Latinoamérica es la región más desigual del planeta y Estados Unidos está aferrado a que en ella todo empeore. Los años pandémicos arrasaron con lo poco que había y el estallido de la guerra en Ucrania pasó la escoba por si algo había quedado. No es gratuito que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advierta que en 2023 “los países de la región se verán nuevamente enfrentados a un contexto internacional desfavorable, en el que se espera una desaceleración tanto del crecimiento como del comercio global, tasas de interés más altas y menor liquidez global”.
Las más recientes proyecciones económicas de la Cepal indican que “todas las subregiones de América Latina evidenciarían un menor crecimiento el próximo año: América del Sur crecerá 1.2 por ciento (contra 3.4 en 2022); Centroamérica y México lo harán en 1.7 por ciento (2.5 en 2022) y el Caribe 3.1 por ciento (4.3 en el presente año). En América del Sur, algunos países se ven particularmente afectados por el bajo dinamismo de China que es un importante mercado para sus exportaciones de bienes. Tal es el caso de Chile, Brasil, Perú y Uruguay, que destinan a la nación asiática más de 30 por ciento de sus exportaciones de mercancías (40 por ciento para Chile). América del Sur se verá afectada también por la baja en los precios de los productos básicos y por las restricciones al espacio que la política pública tiene para apuntalar la actividad. La alta inflación ha impactado los ingresos reales y los efectos sobre el consumo privado ya se han observado en algunos países a partir de la segunda mitad del presente año”.
Para las economías de América Central y México, apunta la Cepal, “el bajo dinamismo de Estados Unidos, principal socio comercial y primera fuente de remesas de sus países, afectaría tanto al sector externo como al consumo privado. En este caso, sin embargo, los menores precios de los bienes básicos actuarían a favor en tanto varias de ellas son importadoras netas de alimentos y energía”.
El organismo regional especializado subraya que “el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania afecta negativamente el crecimiento global, y acentúa las presiones inflacionarias, la volatilidad y los costos financieros. La mayor aversión al riesgo, junto a la política monetaria más restrictiva por parte de los principales bancos centrales del mundo, perjudicó los flujos de capital hacia los mercados emergentes, incluyendo América Latina, además de propiciar depreciaciones de las monedas locales y tornar más onerosa la obtención de financiamiento para los países de la región”.
Estados Unidos no ha dejado piedra sobre piedra, en su afán por protegerse a sí mismo. Por ejemplo, sus gobiernos europeos y su liderazgo comunitario (todos con indeleble sello EU) deben estar locos de contentos por los excelentes resultados por ellos obtenidos tras las innumerables sanciones contra Rusia: en cuestión de semanas, generaron una crisis energética que golpea brutalmente… a sus representados; lo mismo con el abasto de alimentos y el galopante crecimiento de la inflación, mientras empleos y empresas caen como pollos en invierno, porque, además, sus “líderes” desvían crecientes cuan multimillonarios recursos públicos para financiar al régimen televisivo de Kiev. No cabe duda: con ese tipo de “gobernantes”, decididos a cuidar los intereses de Washington, Europa se dirige al precipicio.
Las rebanadas del pastel
Patética y cínica pasarela tricolor, en la que sus más destacadas figuras son un mediocre hijo del ex presidente Miguel de la Madrid y la sobrina de Carlos Salinas de Gortari, instauradores del neoliberalismo en México y, por ende, causantes de la debacle nacional.