Ciudad de México. Autodidacta por convicción, el artista Javier Sánchez (Ciudad Nezahualcóyotl, 1981) es de la opinión que el arte no debería de estudiarse en una institución, porque se trata de algo “inherente e intuitivo” del ser humano. No es que recomiende no estudiar dibujo o pintura, sino hacerlo “desde la intención de cada quien, que sea algo que venga de ti, no desde afuera”.
Sánchez presenta la exposición Observación y pensamiento, de pintura, instalación y sonido, en la galería Proyecto H, producto de su programa de residencias de nombre Proyecto T.
El acercamiento de Sánchez al arte fue por medio del graffiti: “A los 14 años empecé hacer graffiti, que en esa época era ilegal, no como ahora que lo absorbió el sistema. Siempre me sentí atraído por los colores, las texturas y las formas”. Sin embargo, le dificultaba representar las proporciones y la figura humana como las veía externamente. A lo largo del lustro que hizo graffiti, “había una desproporción siempre en lo que pintaba”.
Luego, tomó una pausa y se dedicó a la música, cuya “construcción” también fue algo más intuitivo y autodidacta. Ya estaba consciente de una “renuncia a la institución como algo determinante sobre mi aprendizaje, en cambio dirigirlo hacia donde realmente lo necesitaba o quería. Fue, pues, cuando nació mi intención de ser autodidacta”.
Para Sánchez ser autodidacta es más como construirse una autodisciplina. En la casa familiar la disciplina no era externa, sino interna, recuerda. “Es el proceso que elegí de alguna manera cuando era adolescente. A lo mejor era más inconsciente, un poco ingenuo, sin embargo, con el tiempo me di cuenta de lo que se trataba educarse por sí mismo, por ejemplo, si me llamaba la atención un tema de la antropología, filosofía o historia. Cuáles eran las fuentes, o los medios, a los que recurría para llegar a la información que buscaba. Es un proceso un poco más largo, no obstante, cuando llegas al punto siento que es más eficiente”.
En algún momento al entrevistado le dificultó representar a la figura humana. “En cierta época tenía la idea de que la representación tenía que ser literal, ahora no. Desde mi punto de vista es una pérdida de tiempo querer hacer representaciones obvias o creer que uno dibuja mejor o peor. No va por allí tanto en la actualidad. Para mi la representación gráfica, o el dibujo, es algo inherente del ser humano”.
Sánchez tiene tiempo de pintar formalmente y lo ha hecho de manera abstracta: “Con el tiempo me di cuenta que la carga histórica, o representativa, en la obra era inútil en mi trabajo”. Ejemplifica con la serie de nueve cuadros (cuatro de gran formato y cinco de tamaño intermedio) exhibidos, que llama “pintura no objetiva”, es decir, “algo más interno”. En vez de “construir memoria”, se trata de que sea algo “más del momento en que pinto. La observación y el pensamiento son lo que generan estas formas y colores que se ensamblan en el lienzo”.
La instalación sonora en medio de la sala de la galería contribuye a crear un ambiente. “Mezclar el sonido con la pintura tiene que ver con la plasticidad sonora. El sonido como tal no lo podemos ver ni tocar, aunque sí escuchar y allí es donde se construye la abstracción. En esencia el sonido es como una abstracción. Tener esta relación entre el sonido y la pintura es como imagino que estos cuadros suenan”.
En Observación y pensamiento las formas en los lienzos parecen materializarse en fragmentos pétreos distribuidos en el centro de la sala, aunque también en pequeñas repisas. “El material proviene de la zona donde vivo ahora (Aculco, Estado de México), de los bancos de piedra y las minas explotadas. Son piedras que tuvieron una alteración, no de mi parte, sino de los trabajadores que accidentalmente las rompen y queda esta pedacería”.
A la pregunta, ¿qué viene primero, la pintura o el sonido?, Sánchez responde: “En esta exposición es una ida y vuelta. Al vivir en el campo tengo la posibilidad de estar en silencio, pintando o imaginando cómo evocaría un sonido en el lienzo, o cuál color representaría ciertas sonoridades. A veces reproducía sonidos que grababa para también ponerme a imaginar”.
La exposición Observación y pensamiento, de Javier Sánchez, permanecerá hasta el 15 de diciembre en la galería Proyecto H, Guadalajara 88, colonia Roma.