Una nueva caravana de unos 300 migrantes, la mayoría venezolanos, partió este martes de Tapachula, Chiapas, con el propósito de llegar a Tapanatepec, Oaxaca, para exigir que se les entreguen documentos con los cuales puedan transitar hasta la frontera norte. Mientras, en Ciudad Juárez, Chihuahua, más de 200 venezolanos indocumentados que pernoctaban en la calle, debajo del puente internacional Paso del Norte y en las inmediaciones del Centro de Apoyo Integral al Migrante –operado por el Consejo Estatal de Población–, fueron retirados de la vía pública la noche del lunes y 61 de ellos trasladados a un albergue habilitado por autoridades estatales y municipales.
Fuentes oficiales informaron que el citado contingente de extranjeros partió durante la madrugada del parque central Miguel Hidalgo de Tapachula. Indicaron que los migrantes pasaron frente a la garita ubicada en la localidad Viva México, sin que agentes de la Guardia Nacional y del Instituto Nacional de Migración les impidieran avanzar.
Señalaron que anoche la caravana avanzaba sin incidentes hacia Huixtla, municipio chiapaneco ubicado a 40 kilómetros de Tapachula, para pasar la noche y continuar su camino este miércoles.
Un venezolano, que se encuentra en Tapachula desde hace cinco días, dijo que él y sus paisanos duermen en la plaza Miguel Hidalgo y no tienen dinero para sobrevivir. “No nos imaginábamos que íbamos a pasar por esto, veníamos con nuestro sueño de llegar a Estados Unidos, ayudar a nuestras familias. Lastimosamente, cuando veníamos por Nicaragua oímos la noticia de que cerraron la frontera, pero tenemos fe y esperanza de que la abran”.
Traslados en Juárez
En tanto, autoridades del estado de Chihuahua llevaron en cuatro camiones a 61 venezolanos que aceptaron ir a un albergue instalado en un salón que el empresario Manuel Tejada prestó al gobierno municipal juarense, luego que se les retiró de las calles.
Óscar Ibáñez, representante en Ciudad Juárez de la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, explicó que transportistas facilitaron unidades para trasladar a los sudamericanos, expulsados por el gobierno de Estados Unidos.
Rosa Mani Arias, de la agrupación Somos uno por Juárez, que representa a 15 de los 23 espacios de acogida de la localidad, aseguró que “no se puede atender a nadie más” en esos refugios; “no nos damos abasto, ya estábamos en niveles máximos (de capacidad), y con las decisiones recién adoptadas entre el gobierno de Estados Unidos y México, nos vemos rebasados”.