Guanajuato, Gto., La compañía francesa Vivons llegó a la 50 edición del Festival Internacional Cervantino, con su propuesta coreográfica Never Twenty One, en la que no sólo denunció la violencia que se vive en el mundo, sino también la que azota Irapuato.
Con sus cuerpos pintados con la frase “Irapuato 12 muertos”, los bailarines de la agrupación francesa condenaron la masacre del sábado pasado en un bar de Irapuato, en la que murieron 12 personas.
En el Teatro Cervantes, Aston Bonaparte, Salomon Mpondo-Dicka y Smaïl Kanouté, a través del lenguaje corporal, hablaron de la vida y la muerte de los jóvenes que jamás cumplirán 21 años por ser víctimas de la violencia con arma de fuego en los barrios de Nueva York, Río de Janeiro y Johannesburgo.
Con esta obra, el coreógrafo, bailarín y artista plástico Smaïl Kanouté, quien también es director de la compañía, rinde homenaje a los jóvenes de las comunidades de raza negra.
“En la obra usamos testimonios de personas que han sufrido violencia y están vertidos en el escenario con la danza y en nuestro cuerpo pintado.
“El espectáculo está dividido en tres partes: en la primera se habla de la violencia en el Bronx, en el barrio de Nueva York; la segunda en Sudáfrica, y la tercera en Río de Janeiro”, explicó Smaïl Kanouté en entrevista con La Jornada, antes de su presentación en el Cervantino.
Las luces en la penumbra, con un efecto estroboscópico, forman un elemento importante en la obra, con movimientos rápidos y en ocasiones sutiles generan la atmósfera de todo lo que sienten los bailarines.
A partir de testimonios de las familias de víctimas de la violencia de armas, los bailarines sirven de puente entre las voces de los familiares y el público. Por medio del movimiento exteriorizan la angustia y el sufrimiento que se escucha en el audio de los testimonios.
El público se vuelve testigo de esa violencia que enfrentan las comunidades de raza negra en distintos momentos y lugares del mundo.
Pasando del Krump al electrodance, hasta la danza contemporánea, Vivons revive las palabras y la memoria de esas vidas robadas y sacrificadas por una bala perdida.
El artista francomaliense Smaïl Kanouté recurre en Never Twenty One a la danza libre para evocar la violencia con armas de fuego y la racial.
El coreógrafo expresó que los “jóvenes de ahora quieren mostrar que, a pesar de los chicos que han muerto a causa de la violencia con armas, también existen diferentes valores como el amor, la libertad, la creatividad y están muy contentos por poder construir y crear nuevos tipos de danza y música.
“Nací en París, pero mis padres son de Malí, y justo viví esta violencia, por eso en este espectáculo hablo de esa violencia racial y social que se expresa al usar nuestros cuerpos. Los jóvenes están creando su propia identidad, un nuevo arte y lenguaje.”
El coreógrafo que fundó la compañía Vivons en 2016 aseguró que “cuando pienso en una coreografía, la concibo como una pintura que tiene elementos”.
Kanouté hace eco de la etiqueta #Never21, acuñada por el movimiento Black Lives Matter, y los cuerpos de los bailarines se convierten en esculturas gráficas, superficies de reivindicación y de resiliencia.