Ante la oposición y condicionamiento de líderes de cinco ejidos del sur de Quintana Roo, que exigen un añejo pago de indemnización que data de hace 50 años, el presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció la posibilidad de no construir el último tramo del Tren Maya Xpujil-Chetumal. Cuestionó la actitud de estos dirigentes, reminiscencia de la vieja corrupción, y ofreció pagos con avalúo a ejidatarios y un excedente en obras a la comunidad si se confirma el adeudo.
“Si no se acepta, nos vamos por el derecho de vía (de la carretera), ahí hay 40 metros, y de Chetumal a Escárcega es una sola vía. De Chetumal a Cancún y de Cancún a Mérida son dos vías, se requiere más terreno, pero acá es una sola vía y podemos acomodar el tren en los 40 metros, la carretera y el tren. Si aun así hay bloqueos y no nos dejan, se queda el tren hasta Xpujil y no hay tren de Xpujil a Chetumal, nada más que se va a saber quiénes fueron los responsables de detener esta obra, así de claro”.
Reivindicó la obra como la más grande que esté en curso a nivel mundial, asociando su potencial a la recuperación del turismo en la región: se proyecta que el próximo año habría 27 millones de turistas a Cancún y la Riviera Maya. “Si logramos que de esos 27 millones de turistas se internen transportándose en el Tren Maya a Bacalar, Chetumal, Calakmul, Edzná, Chichén, Cobá, Palenque y Uxmal sólo 10 por ciento, son 2 millones 700, imagínense lo que significa para el desarrollo del sureste”.
Se tienen liberados mil kilómetros de la ruta del Tren Maya donde “nos querían ponchar” porque había muchos intereses económicos. Estas nuevas complicaciones en los últimos 500 kilómetros tienen otro origen: “en el tramo de Xpujil a Chetumal hay cinco ejidos que los dirigentes, no los campesinos –no los estoy acusando, nada más estoy informando–, no quieren que pase el tren; o sí quieren, pero están condicionando a que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes les pague una indemnización de cuando se construyó la carretera de Escárcega a Chetumal”.
Explicó que la construcción de la carretera que ahora suscita el conflicto se concluyó hacia finales de los 70. “Habría que ver si ya estaban constituidos estos ejidos, pero los dirigentes dicen: ‘no, aquí no pasan si no nos pagan la indemnización de cuando se hizo la carretera de Escárcega a Chetumal’”.
Señaló que los funcionarios responsables acudirán a la zona para que se promuevan asambleas entre los ejidatarios de quienes, aseguró, tienen el aval y podría convencerse del paso del tren que implicaría la compra de tierras, previo avalúo que se sumaría a la construcción de obras para la comunidad como compensación del adeudo si existe.
“Pero aquí es querer hacer su agosto. Independientemente si se pagó o no se pagó, pues hay que ver si tienen ellos la razón. Ya les mandé a decir a algunos de por allá de qué querían su nieve.”