Nueva York., Estados Unidos y México preparan una resolución en la Organización de Naciones Unidas (ONU) que autorizaría una “misión de asistencia internacional” para ayudar a mejorar la seguridad en Haití, a fin de que se pueda entregar ayuda humanitaria urgente a millones de personas, informó la embajadora estadunidense ante el organismo, Linda Thomas-Greenfield, mientras miles de personas en la nación caribeña salieron a las calles para exigir la renuncia del premier Ariel Henry y rechazar un eventual despliegue de tropas extranjeras.
Las protestas se llevaron a cabo el día en que se conmemora el 216 aniversario luctuoso de Jean-Jacques Dessalines, esclavo que se convirtió en el gobernante de la primera república negra del mundo.
En la capital la movilización estuvo encabezada por el ex senador Moïse Jean Charles, quien aseveró que Henry no tiene legitimidad para solicitar una intervención, y aseguró que debe abandonar el cargo por “traición a la patria”.
Protestas similares se repitieron en la norteña Cabo Haitiano, donde la policía utilizó gas lacrimógeno y munición real para dispersar a los manifestantes, y en la sureña Les Cayes.
Durante una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, Thomas-Greenfield dijo que la misión propuesta –la cual “no es de la ONU”– sería por tiempo y alcance limitado y estaría encabezada por un “país aliado” que no fue identificado “con la experiencia amplia y necesaria requerida para que una labor así pueda ser efectiva”. Incluiría un mandato para el uso de la fuerza militar en caso de ser necesario.
Respuesta a solicitud del premier Henry
Señaló que la resolución que se elabora es “respuesta directa” a una solicitud que Henry y el Consejo de Ministros de Haití presentaron el 7 de octubre para recibir asistencia internacional con el fin de ayudar a restaurar la seguridad y atenuar la crisis humanitaria.
La propuesta refleja una opción que planteó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en una carta dirigida al consejo el pasado día 9, en la cual pidió que uno o varios estados miembros desplieguen una fuerza de acción rápida para ayudar a la policía nacional de Haití.
Antes de la reunión del Consejo de Seguridad, Guterres reiteró su llamado al envío de una fuerza internacional al país caribeño, al señalar que la situación es dramática. “El puerto está bloqueado por pandillas que impiden la salida del combustible, que a la vez provoca falta de agua. Y esto, en medio de un brote de cólera, cuyo tratamiento requiere de buena hidratación”.
Agregó que “es una situación de pesadilla para la población, especialmente en Puerto Príncipe”.
La inflación en la nación caribeña ha disparado los precios de los alimentos y el combustible, y ha exacerbado las protestas que han llevado a la sociedad a un punto de quiebre. La vida diaria comenzó a salirse de control el mes pasado, apenas horas después de que Henry dio a conocer el fin de los subsidios a la gasolina, lo que provocó que los precios se duplicaran.
Las pandillas bloquearon el acceso a la terminal de combustible Varreux, lo que desató una severa escasez de gasolina.
La inestabilidad política en el país más pobre de América Latina se ha desatado desde el asesinato sin resolver del presidente Jovenel Moïse, en julio del año pasado. El entonces mandatario había disuelto la mayoría del Parlamento en enero de 2020 luego de fracasar en su intento por realizar elecciones legislativas en 2019 en medio de un estancamiento político.
Thomas-Greenfield subrayó que la resolución que autoriza la misión de seguridad es adjunta a una resolución a la que la agencia Ap tuvo acceso la semana pasada y que impondría sanciones a Jimmy Cherizier, Barbeque, líder de una importante pandilla haitiana.
La embajadora estadunidense subrayó que su país está “muy consciente de la historia de intervenciones internacionales en Haití, y en particular de las preocupaciones de que el consejo autorice una respuesta que pudiese llevar a un papel de mantenimiento de la paz sin un límite de tiempo definido”.