Madrid. Las lluvias y las consiguientes inundaciones que han afectado a varios países del centro y el oeste de África acumulan ya cinco millones de damnificados en 19 países, informó la Organización de Naciones Unidas (ONU), tras alertar de los efectos de este clima extremo para la subsistencia de las poblaciones locales, dependientes en gran medida del sector primario.
Decenas de miles de personas han tenido que dejar sus hogares, mientras los expertos estiman en un millón de hectáreas la superficie de cosechas destruidas.
El director para África occidental del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Chris Nikoi, advirtió que las familias ya estaban “al límite” por las situaciones de conflicto, el desplome económico a raíz de la pandemia de covid-19 y el aumento drástico de los precios de productos básicos. Ahora, las inundaciones “actúan como un multiplicador de la miseria”, convirtiéndose en “la última gota para comunidades que ya apenas pueden estar a flote”.
La concatenación de crisis ha dejado en la estación de escasez, entre junio y agosto, a 43 millones de personas con graves problemas alimentarios y el PMA teme que la situación empeore en los próximos meses. Las previsiones meteorológicas anticipan un nivel de precipitaciones en la zona occidental del continente.
“Fortalecer la resiliencia y promover la adaptación es esencial para anticiparse a los problemas climáticos, restaurar los ecosistemas degradados y proteger a las comunidades vulnerables frente al impacto de climas extremos”, explica Nikoi, cuya agencia ya ha lanzado medidas de emergencia en varios países de la región.