Guanajuato, Gto. El director teatral y artista visual griego Dimitris Papaioannou (Atenas, 1964) presentó por primera vez en México su obra más reciente, Orientación transversal, en la edición 50 del Festival Internacional Cervantino (FIC).
Si bien el estreno estaba previsto para el viernes 14, tuvo que posponerse debido a que “cuestiones climáticas” impidieron la llegada en tiempo y forma del equipo de producción.
Fue hasta este sábado que el público pudo apreciar, en el Auditorio del Estado, de la ciudad de Guanajuato, la propuesta de Papaioannou, que impresionó a los espectadores por la belleza y atrevimiento de las imágenes que ocho actores, con música de Vivaldi, crearon sobre el escenario.
Inspirada en el mito del Minotauro, las fuerzas masculina y femenina luchan, se entrelazan, se confrontan, se reconocen, se funden de manera trágica, sutil, arcaica y fascinante, a partir del desnudo de los también bailarines.
Dimitris, pintor y coreógrafo, explicó en entrevista con La Jornada que en su obra “hay un cúmulo de ideas, curiosidades y sentimientos.
“Cuando empiezo un trabajo, no tengo idea de dónde o cómo va a terminar; siempre me gusta sorprenderme, pero hay dos cosas cuando realizo mi trabajo: el pensamiento y el corazón de los sentimientos.
“En términos del corazón tenía ya un gran sentimiento al recordar a mi padre, guapo y fuerte, que se fue debilitando conforme avanzaban los años.”
Agregó que también lo movió la curiosidad de saber cómo animar, con la participación de varias personas, una gran representación de un toro, que es parte de una de las escenas emblemáticas de este montaje.
El artista, quien se considera mejor pintor sobre el escenario que ante un lienzo, reconoció que tiene una preocupación por el paso del tiempo, “por esta idea de nuestros ancestros; por un momento eres el hijo y después te conviertes en el padre; eres los ancestros y después serás la siguiente generación; la idea de la vida individual, que también contrasta con la civilización, es la reacción en cadena de todas las ideas (del montaje); todo eso formó parte de mi estado creativo”.
Detalló que la obra es todo un ciclo: “Tenemos la creación, la destrucción, levantarse, volver a crear y destruir; por tanto, no sabemos si nosotros estamos pasando a la siguiente etapa o nos vamos desmenuzando para llegar hacia el centro, y por encima de eso está una danza interna entre la feminidad y la masculinidad”.
La figura del toro, puntualizó, “es un símbolo que representa la energía de la masculinidad y el poder al intentar domar a este animal. Se trata de una bestia fértil y peligrosa a la vez; tiene esa dicotomía, y también es hipersexual”.
Propuesta híbrida
Orientación transversal es “una propuesta artística híbrida; es decir, tenemos a un artista al que le encanta el movimiento, pero no sabe cómo crear ciertos pasos; tenemos a un artista al que le encanta el teatro, pero no sabe cómo dirigir los diálogos; tenemos a un artista que ve las cosas como las ve un pintor, y así tenemos lo que yo hago”.
Sobre su incursión en la danza, Papaioannou recordó que después de hacer novelas gráficas en las que él mismo escribía y dibujaba, conoció a una coreógrafa que lo invitó a sus clases y quedó fascinado con la danza contemporánea. Después de integrarse a una compañía decidió realizar sus propios experimentos.
“Traté de llevar mi conocimiento visual de los cómics a un nuevo trabajo, que es el teatro en vivo; de esta manera se combinaron ambos géneros y descubrí que era mejor pintor en el escenario”, reiteró.
En la pieza participan los bailarines Damiano Ottavio Bigi, Šuka Horn, Jan Möllmer, Breanna O’Mara, Tina Papanikolaou, Łukasz Przytarski, Christos Strinopoulos y Michalis Theophanous.
Para las personas que ya no pudieron asistir a la función de reposición del estreno cancelado, aquí un fragmento de la obra Orientación transversal de Papaioannou https://youtu.be/NZ6oafzPwJg, puesta en escena que este diario no pudo cubrir, porque se le negaron boletos para las últimas dos funciones del domingo.