América no sólo exhibió y ridiculizó al Puebla, al que venció 11-2, sino a toda la Liga Mx. Desnudó lo grotesco y mediocre de la competencia, en la que hay 18 inscritos, 12 boletos a la repesca, pero se cuenta con los dedos de una mano a los candidatos al título. Una vez más quedó de manifiesto el grave daño que causó haber quitado el ascenso y descenso, propiciando que hasta los clubes pudientes se echaran a la hamaca.
Equipos con posibilidades económicas como Xolos y Santos perdieron seriedad. Otros que se distinguían no tanto por sus finanzas, sino por garra, pundonor, enjundia y trabajo con fuerzas básicas –como los casos de Chivas y Pumas– no han hecho más que arrastrar el prestigio… Si ganan o pierden, si invierten o no, nada ocurre, no hay castigo deportivo para nadie. No hay descenso.
Los equipos dejaron de contratar estrategas de renombre, pues con una buena dosis de suerte les pasa lo que al América, que echó al oneroso Santiago Solari y puso de interino a Fernando Ortiz. Grupo Orlegi trajo de la exótica liga de Malasia a Benjamín Mora, quien incluso pagaría por una oportunidad. Ricardo Cadena, pese a ser un timonel barato, no se salvó de la guillotina y fue destituido.
Liga mediocre hasta el límite. Ahora resulta que Ricardo Peláez –quien en tres años como directivo gastó una millonada y no pudo cumplir la promesa de hacer resurgir a Chivas– se negó a irse con la etiqueta de perdedor, se despidió con un discurso fuera de contexto y mencionó entre sus logros haber llegado a la repesca. ¿Desde cuándo es un orgullo para la afición rojiblanca que su equipo se ubique entre los sitios ocho y 12?
Luego del repechaje, que equivale a que las televisoras pasen la charola con los patrocinadores, quedaron –como debió ser desde el inicio de la liguilla– los ocho primeros de la tabla general, pero incluso ahí resultó desproporcionada la lucha; se evidenció en el choque entre el primero y el último: América hizo papilla al Puebla, que fue el rey del empate y se dio el lujo de eliminar, a su vez, a las Chivas.
Se ensancha la distancia entre los punteros y los hundidos en el abismo. Y los directivos, que tantas horas de vuelo suman con viajes para sus partidos moleros en Estados Unidos, algo deberían de aprender e imitar el roster de precampaña de algunas disciplinas en las que se abastece antes que nadie a los equipos de peores números, conscientes de que una lucha nivelada será infinitamente más atractiva.
Acá, torneo a torneo se vive la rebatiña del gandalla, la ley de la selva, donde el pez grande arrebata al club chico lo poco de valor que tiene a cambio de unos cuantos pesos que lo saquen de apuros y el torneo se desdibuja, pierde calidad y se convierte en una caricatura, escasean los jugadores con proyección, no hay técnicos elegibles para el timón tricolor… Pero la moda es importar, y Amaury Vergara estaría por hacer aterrizar en el Rebaño al español Fernando Hierro.
Empezó la fiesta mundialista. El trofeo que se disputará en Qatar llegó a México e inició la concentración de la selección de Gerardo Martino en el CAR con escasos elementos, y aunque la liga doméstica sea un galimatías, hay que sumar sonrisas a las que por estos días exhiben los aficionados de las Águilas, porque a pesar del panorama incierto, si algo tiene el fanático mexicano es optimismo.
Raúl Jiménez está recuperándose a marchas forzadas, mientras Jesús Tecatito Corona yace entre algodones en Sevilla, lo cuidan con esmero para entregarlo a punto de sazón en Girona. Erick Gutiérrez, Santiago Giménez y Orbelín Pineda fueron titulares en sus equipos. Es para celebrar ver a Hirving Chucky Lozano en feliz rencuentro con el gol, al igual que a Rogelio Funes Mori.
La Sub-17 femenil, dirigida por Ana Laura Galindo en India 2022, dio el campanazo al derrotar a la favorita España cuando todo presagiaba la debacle tras el revés sufrido ante China. El martes Colombia será un rival complicado para avanzar a la siguiente fase, pero ahora todo parece posible… Pedro López se estrenó al frente del Tri mayor con gris empate ante Chile, y enseguida admitió que hay mucho por trabajar.