Este lunes, la Fiscalía General del Estado de Morelos continuará con el proceso de exhumación de las personas enterradas de manera irregular en las fosas comunes estatales de Jojutla, interrumpido en 2017. Después de cinco años de lucha, los colectivos de familiares de personas desaparecidas finalmente han logrado que se reabran las fosas comunes que de manera ilegal han ocultado los cuerpos de personas que siguen sin ser identificadas. La lucha política de estas familias ha incluido campañas mediáticas en demanda de #Desenterrarlaverdad, documentales, conferencias de prensa, manifestaciones, así como la solicitud del Colectivo Regresando a Casa Morelos presentada en enero del año pasado ante el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas e Involuntarias de la ONU, para que hiciera un llamamiento urgente al Estado mexicano a exhumar e identificar a quienes fueron enterrados en fosas irregulares de Morelos.
En otros artículos en este espacio (https://www.jornada.com.mx/2017/03/ 30/opinion/024a2pol y https://www.jornada.com.mx/2015/11/ 13/opinion/032a1pol) he narrado cómo estas fosas comunes bajo custodia del Estado han sido utilizadas como si fueran fosas clandestinas, sin seguir los protocolos forenses, enterrando cuerpos con huellas de tortura, con las manos atadas, con ropa y armas blancas, que son evidencia forense que no debía haberse enterrado con los cuerpos. He argumentado que la consigna “¡Fue el Estado!” cobra relevancia en Morelos, pues la actuación estatal en las fosas de Tetelcingo y Jojutla vuelve a las autoridades de justicia y forenses cómplices de la desaparición de personas.
Muchas de las personas exhumadas en Jojutla y quienes aún siguen en esa fosa común han sido desaparecidas tres veces: primero por los eventos aún sin investigar que acabaron con sus vidas; después, por las violencias burocráticas que los llevaron a las fosas comunes del Estado de manera irregular, sin seguir los procedimientos forenses, como la realización de necropsias y toma de muestras genéticas; la tercera vez, cuando una vez exhumados fueron regresados a la fosa común, sin que a la fecha se haya realizado la identificación de 81 de los 85 cuerpos encontrados. Por eso no se puede hablar sólo de “fosas comunes” o “fosas irregulares” estatales, pues lo que se ha documentado es un ocultamiento de información que viola legislaciones, normatividades y mecanismos forenses. Esta realidad nos ha llevado a acuñar un término para ampliar el lenguaje forense al referirnos a las “fosas clandestinas del Estado”.
Si bien los colectivos de familiares de personas desaparecidas han venido demandando la reapertura de las fosas de Jojutla, exigen que esto se haga, ahora sí, siguiendo los protocolos forenses, para lo que han pedido el apoyo de forenses independientes que les han ayudado a elaborar un plan de exhumación. Sin embargo, todo apunta a que la fiscalía ha pasado por alto este plan, presentando un programa de exhumación lleno de ambigüedades. Como en las ocasiones anteriores, los colectivos estarán presentes durante el proceso para fiscalizar que se realice, ahora sí, de manera correcta.
Desde la sociedad civil se está haciendo un llamado a participar en una medida de resistencia pacífica, mediante un ayuno colectivo que acompañe el ayuno simbólico que los familiares de las personas desaparecidas vienen haciendo por años. La Red de Enlaces Nacionales, la Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, los Colectivos Regresando a Casa Morelos y Familias Resilientes, así como el Eje de Iglesias y Comunidades de Fe de Morelos, han convocado a un ayuno público que iniciarán el 17 de octubre frente a la fosa de Jojutla, como forma de protesta ante la impunidad y las violencias burocráticas, y como llamado a la conciencia de la sociedad para apoyar a las familias en sus luchas.
Siguiendo la tradición pacifista de diversas comunidades religiosas y humanistas, este ayuno contra la desaparición de personas es un llamado a las autoridades y a la sociedad mexicana a escuchar el clamor de las familias por “verdad, justicia, reparación, no repetición y memoria, para lxs familiares de desaparecidxs y asesinadxs en Morelos y el país”.
La invitación está abierta a personas, comunidades y organizaciones que se quieran solidarizar uniéndose a este ayuno para recordar a las familias que no están solas, y que los y las desaparecidas nos faltan a todos.