En la víspera del Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre), la Secretaría de Salud (Ssa) precisó que el gobierno federal aplica políticas públicas orientadas a promover la alimentación saludable y sustentable, entre ellas, el Etiquetado Frontal de Advertencia de Alimentos y Bebidas no Alcohólicas Pre-envasadas, a través de la cual los consumidores están informados sobre los nutrientes e ingredientes que representan un riesgo para su salud.
Con el lema No dejar a nadie atrás, el director del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), Simón Barquera Cervera, explicó que el etiquetado no prohíbe el consumo de alimentos, le da a la persona la oportunidad de evaluar de forma sencilla y rápida la calidad de los productos.
Mencionó que después de la entrada en vigor del etiquetado frontal, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (2021) refiere que 64 por ciento de las personas utiliza los sellos de advertencias; mientras que 20 por ciento optó por adquirir alimentos más saludables y frescos, libres de etiquetado.
En entrevista señaló que el etiquetado frontal de alimentos procesados son sellos negros que indican el exceso de nutrientes no saludables, porque su consumo se relaciona con enfermedades ligadas a la mala alimentación.
Barquera Cervera informó que los alimentos ultraprocesados contienen ingredientes nocivos para la salud como azúcar, grasa y sal, además de conservadores, aromatizantes y colorantes. En personas adultas se asocian con obesidad y otras patologías como cáncer y diabetes; en niñas y niños menores de cinco años se relacionan con problemas del neurodesarrollo.
El alto consumo de calorías incrementa el riesgo de padecer obesidad, hipertensión y enfermedades del corazón; en tanto que el azúcar es un ingrediente adictivo que en exceso contribuye a la obesidad, caries, hígado graso, diabetes y síndrome metabólico.
La ingesta de sodio en cantidades superiores a lo que el organismo requiere puede ocasionar hipertensión, enfermedades en los riñones, retención de líquidos e inflamación; las grasas trans y las grasas saturadas elevan el colesterol y triglicéridos, y contribuyen al desarrollo de cáncer, diabetes o infartos.
La ingesta de edulcorantes por parte de niñas y niños puede producir habituación a sabores muy dulces y alteraciones en el metabolismo, y la cafeína añadida en niñas y niños, hiperactividad, taquicardia, problemas del sueño, de concentración y elevación de la presión.
La directora del Centro de Investigación en Evaluación y Encuestas del INSP, Teresa Shamah Levy, destacó que el Gobierno de México trabaja para que toda la población tenga acceso a alimentos inocuos y nutritivos que satisfagan sus necesidades.
Lo anterior, puntualizó en entrevista, a través del Grupo Intersecretarial de Salud, Alimentación, Medio Ambiente y Competitividad (Gisamac), en el que intervienen seis secretarías y organismos sectorizados del gobierno federal que promueven un sistema alimentario sostenible, sustentable y saludable.
Shamah Levy precisó que este grupo implementa estrategias de consumo, promoción y producción de alimentos a nivel local. Por ejemplo, fomenta que las escuelas realicen huertos escolares y la integración de alimentos saludables en el desayuno. Asimismo, impulsó el proyecto de Ley de Alimentación Adecuada, que se presentó en el Senado a finales de 2021.
El Centro Nacional de Programas Preventivos y Control de Enfermedades (Cenaprece) señala que el cambio saludable de hábitos alimenticios y la eliminación de los ambientes obesogénicos requiere la participación de las personas y la implementación de un sistema agroalimentario con intervenciones que transformen los entornos laborales, escolares y comunitarios.