En el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) “2 mil 698 pacientes” han sobrevivido gracias a un trasplante de órganos, expuso Pedro Zenteno Santaella, director de esa institución.
Al informar que el pasado 7 de septiembre el Hospital Regional Centenario de la Revolución del Issste, en Morelos, obtuvo una donación multiorgánica proveniente de un infante de tres años cuatro meses de edad, con muerte cerebral secundaria a trauma craneoencefálico por accidente vehicular, indicó que en lo que va de 2022, el Issste ha contado con el apoyo de 81 donadores vivos y 68 fallecidos.
Al cierre del tercer trimestre de este año, el instituto registró 956 derechohabientes en espera de un órgano o tejido, de los cuales 549 necesitan un riñón; córneas, 358; médula ósea, 32; hígado, nueve, y ocho requieren corazón.
Agregó que la familia del niño, “en medio del dolor por su pérdida, decidió autorizar la donación a sabiendas de que su hijo salvaría a cuatro infantes, cuya vida corría peligro, y podría devolver la vista a dos más”.
Se obtuvieron dos riñones y dos córneas que beneficiaron a pacientes pediátricos del IMSS y dos válvulas cardiacas destinadas a personas compatibles del Hospital Infantil de México Federico Gómez.
En materia de donación y trasplantes, el Issste trabaja y colabora con todas las instituciones del sector salud bajo la coordinación del Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra), “con el propósito de salvar y mejorar vidas humanas, donde quiera que se encuentren las personas receptoras más idóneas para cada órgano y tejido obtenido”.
Llamó a las familias a sumarse a esta gran labor humanitaria y reflexionar sobre la importancia de la donación de órganos y tejidos destinados a tratamientos; especialmente, en el lamentable caso de caer en muerte cerebral o paro cardiaco por situaciones inesperadas.
A quienes libremente decidan participar, los invitó a inscribirse en el registro de personas donadoras voluntarias del Cenatra bit.ly/3Mtd11O y compartir su voluntad con familiares, porque son ellos quienes en momentos difíciles pueden autorizar los protocolos.