Pekín. Para los siguientes cinco años del nuevo mandato, el presidente de China, Xi Jinping, tiene como una de sus principales tareas mejorar el nivel de vida de mil 400 millones de chinos, mientras la segunda mayor economía del mundo enfrenta los desafíos más difíciles en décadas.
Después de crecer casi tres cuartas partes durante los primeros nueve años de Xi en el poder, la economía de 18 billones de dólares de China –comparativamente, 12 veces mayor que la mexicana– se está desacelerando bruscamente a medida que la burbuja doméstica se desinfla, los cierres por covid-19, la desvinculación económica de Occidente y una crisis demográfica inminente amenazan con obstaculizar el crecimiento en las últimas décadas, señaló la cadena Al Jazeera.
“El mandato de Xi la formulación de políticas pragmáticas centradas en el desarrollo económico pasa cada vez más a un segundo plano frente al nacionalismo y el control político. Como el líder chino más poderoso desde Mao Zedong, Xi revivió el gobierno personalista y se apartó de las políticas pro mercado que prevalecieron desde las reformas económicas clave de la década de 1980”, señaló el medio catarí.
“El presidente chino, Xi Jinping, está presidiendo una nueva era que prioriza el control político sobre el desarrollo económico”, señaló Al Jazeera, en un amplio reportaje titulado La economía de Xi ve una “vida hermosa” en el nacionalismo y el control de China. El texto completo (en inglés) se puede consultar en: https://bit.ly/3EKMU4z
Si bien la legitimidad del Partido Comunista de China (PCCh) ha estado fuertemente vinculada durante décadas al desempeño económico, incluidas las enormes ganancias en los niveles de vida y la reducción de la pobreza, Xi ha reafirmado el control estatal sobre la economía, iniciando medidas severas y generalizadas contra la industria privada que han obstaculizado el crecimiento y la economía, minando la confianza de los inversores, señala Al Jazeera.
China sigue siendo un importante ancla de estabilidad y una fuerza motriz del crecimiento económico mundial, dijo el sábado Sun Yeli, portavoz del XX Congreso Nacional del Partido Comunista de China, citado por la agencia china de noticias Xinhua.
“La economía china tiene una fuerte resiliencia, un gran potencial y una robusta vitalidad, y los fundamentos para su crecimiento positivo a largo plazo permanecen inalterados”. En general, el desarrollo de China sigue teniendo muchas condiciones favorables, destacó Sun en conferencia de prensa.
Las estadísticas muestran que el producto interno bruto de (PIB) China se expandió a una tasa de crecimiento de 6.6 por ciento promedio anual de 2013 a 2021.
La contribución promedio del país al crecimiento económico mundial excedió el 30 por ciento durante el periodo 2013-2021, superior al ritmo de crecimiento de 2.6 por ciento de la economía mundial y de 3.7 por ciento de las economías en desarrollo.
“El desafío para Xi a largo plazo es cómo la economía de China ahora mantiene una tasa de crecimiento sostenible”, comentó a Al Jazeera Andy Mok, investigador principal del Centro para China y la Globalización respaldado por el estado.
Crecimiento de la economía de China desde 2012
El producto interno bruto per cápita de China se ha duplicado aproximadamente de 6 mil 300 a más de 12 mil 500 dólares desde que el presidente chino, Xi Jinping, asumió el poder en noviembre de 2012.
Durante la mayor parte del gobierno de Xi, la economía de China creció con fuerza, aunque a un ritmo más lento que las expansiones de dos dígitos de principios de la década de 1990 y mediados de la de 2000.
El crecimiento anual osciló entre 6 y 8 por ciento de 2012 a 2019, de acuerdo con datos del Banco Mundial, mientras que el producto interno bruto (PIB) per cápita se duplicó aproximadamente de 6 mil 300 a 12 mil 500 dólares entre 2012 y 2021.
Desde la llegada del covid-19, el crecimiento ha sido volátil, cayendo a 2.2 por ciento en 2020 antes de recuperarse a 8.1 por ciento el año pasado. En 2020, año de la pandemia de covid, el PIB pér capita fue de 10 mil 500 dólares.
El uso continuo de China de bloqueos y restricciones fronterizas como parte de su política ultra estricta de “cero covid” ha disminuido el crecimiento económico de la potencia asiática.
El Banco Mundial prevé un crecimiento de a penas 2.8 por ciento para este año, lo que sería el peor resultado en un año sin pandemia desde 1990.
La desigualdad, que Xi prometió combatir se ha mantenido alta y constante a lo largo de la década, en un rango de entre 0.46 y 0.47, de acuerdo con el coeficiente de Gini, donde 0 representa la igualdad perfecta y uno representa la desigualdad perfecta. El nivel de desigualdad en China se mantiene por encima del promedio de la OCDE.
Mientras tanto, las corporaciones chinas se han convertido en algunas de las empresas más grandes del mundo, con gigantes tecnológicos como Alibaba, Xiaomi y Tencent convirtiéndose en nombres reconocidos a nivel mundial. La lista de Fortune 500 de este año de las empresas más grandes del mundo incluye 136 empresas chinas, en comparación con 73 en 2012, recordó el texto de Al Jazeera.
Otros indicadores económicos clave se han mantenido relativamente constantes, con una inflación por debajo del tres por ciento desde 2012 hasta 2021, y el desempleo por debajo del cinco por ciento, según datos del Banco Mundial.
El tránsito de Xi Jiping de una aldea rural a la cima del poder
Xi, de 69 años, tenía el linaje adecuado para ascender a la cima. Tuvo una infancia privilegiada en Beijing como hijo de Xi Zhongxun, un ex viceprimer ministro y comandante guerrillero de la guerra civil que llevó a los comunistas de Mao Zedong al poder en 1949.
Su familia, sin embargo, fue víctima de los caprichos del gobierno de Mao durante la anarquía de la Revolución Cultural de 1966-1976, que exilió a los intelectuales al campo y sometió a muchos a humillaciones y golpizas en nombre de la lucha de clases, relató la agencia de noticias AP.
Su padre fue encarcelado y Xi, que tenía 15 años, fue enviado a vivir a una aldea rural pobre en la provincia de Shaanxi en 1969 como parte de la campaña de Mao para que jóvenes urbanos educados aprendieran de los campesinos. Vivió como vivían los aldeanos en un cobertizo excavado en los acantilados de la zona.
Se dice que la experiencia curtió a Xi y le dio una comprensión de las dificultades de la población rural. Se quedó seis años en la aldea, hasta que recibió una codiciada beca en la prestigiosa Universidad Tsinghua en Beijing.
Xi fue trasladado a la provincia vecina de Zhejiang en 2002, donde fue líder del partido durante más de cuatro años, un puesto por encima del de gobernador. Fue nombrado secretario del partido en Shanghái en 2007, luego de que su predecesor se hundió en un escándalo de corrupción.
Durante su tiempo en Fujian, Zhejiang y Shanghái, Xi fue visto mayormente como un pragmatista que no generaba propuestas atrevidas, pero que respaldaba en general las reformas económicas iniciadas por Deng Xiaoping y que beneficiaron especialmente a las zonas costeras, como las de esas tres jurisdicciones.
Como gobernador también denunció la corrupción en Fujian luego de un escándalo grande de contrabando, quizás un indicio de la campaña nacional que lanzó a su ascenso a la cima.
Xi fue lanzado a la palestra nacional en 2007, cuando se integró al poderoso Comité Permanente del Buró Político del Partido Comunista, un preludio a ser nombrado para el máximo puesto en el congreso siguiente, en 2012.
Xi tomó el control de los asuntos militares y económicos y tiene su nombre consagrado en la constitución del partido junto con el de Mao, al añadir una referencia a su ideología: Pensamiento de Xi Jinping.
Su gobierno ha incrementado el papel de la industria estatal al tiempo que se ha lanzado contra los monopolios y ha priorizado la seguridad de datos en importantes firmas privadas, incluso el gigante minorista en línea Alibaba y el dueño del popular servicio de mensajes WeChat, Tencent Holding.
Xi ha revivido además un lema de propaganda de la década de 1950 sobre la “prosperidad común” en un reconocimiento de la brecha creciente entre los ricos y los pobres, aunque no está claro si el gobierno planea iniciativas para resolverla.
Con la economía golpeada por las restricciones de la pandemia y una batida del gobierno contra las deudas en bienes raíces, aumentan las preocupaciones de que Xi está orquestando un alejamiento de la estrategia de Deng de “reforma y apertura” que impulsó cuatro decenios de crecimiento, señaló AP.
Con información de las agencias Xinhua y AP