La calidez en la atención al cliente, la venta de productos de calidad y los buenos precios, son las principales características del Mercado Lagunilla, coincidieron locatarios que ayer festejaron el 65 aniversario del centro de abasto ubicado en la colonia Centro, donde se pueden comprar vestidos para bodas, 15 años, bautizos, muebles y artesanías, entre otros productos.
Luego de que se suspendió dos años la celebración por la emergencia sanitaria, los entrevistados mencionaron que han enfrentado y superado los sismos de 1985, 2017 y 2022, la influenza, el covid y la competencia desleal de tiendas de autoservicio, algunas ubicadas a unos metros de La Lagunilla, así como las ventas por Internet y a meses sin intereses.
Desde antes del mediodía empezó el festejo con una misa y Las Mañanitas entonadas con mariachi; por la tarde, siguió el baile amenizado por grupos de salsa y en la noche llegaron los sonideros.
De comer hubo tacos de diferentes guisados: arroz, huevo con jamón, papas con longaniza, chicharrón, mole rojo con pollo, costilla de tres chiles y milanesa, por mencionar algunos, así como refrescos.
Sergio Toledo, Chepino, recordó que su mamá, Chepina, vendía en 1957 sobre tarimas que colocaba en la vía pública con diversos artículos, por lo que se conoció al lugar como la Lagunilla Vieja.
Posteriormente el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez diseñó el inmueble ubicado en las calles Allende y Juan Álvarez, que cuenta con 344 locales en los que se pueden encontrar roperos, literas, cajoneras, sofás, mesas, sillas, cuadros, artesanías u lámparas, entre otros artículos que compran “desde el cliente más humilde al de más alto nivel económico.
“Se dice que aquí compraron María Félix, Cantinflas, Los Polivoces, Carmen Salinas y los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, pues prevalece el dicho ‘quien viene a Garibaldi pasa a la Lagunilla’”.
Los muebles que vende José García han llegado a hoteles en Tecate, Baja California, o viviendas de Cancún, Quintana Roo, además de que aún se venden los roperos “porque cuestan alrededor de 8 mil pesos, es decir, 70 por ciento menos que un clóset”.
Axel Torres, nieto de María de la Luz Corona –quien comenzó con el local Bautizos Luchita– promociona su negocio en redes sociales, con lo que busca llegar al mercado de los jóvenes que compran en línea, mientras en medio de los de vestidos de quinceañeras, Joana, quien tendrá su fiesta el 17 de diciembre, se midió uno azul.
Para su abuela Estela, proveniente de Valle de Chalco, la indumentaria con 11 accesorios –incluido el cubrebocas– y que cuesta 11 mil pesos, “está caro, pero es menos que en otros lados o en los aparadores de República de Chile”.