El subdirector general técnico de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), Humberto Marengo, reveló que cada año se deforestan en el país 500 mil hectáreas con fines de producción agropecuaria. Esto representa 10 veces más que las 47 mil 770 reportadas por la Comisión Nacional Forestal (Conafor) sólo por esta actividad y tres veces más que el total que considera en el territorio nacional, que es de 155 mil hectáreas.
Esto modifica la recarga de acuíferos y escurrimientos, advirtió Marengo, segundo cargo en importancia en la dependencia, durante la presentación Estado actual y futuro de la sedimentación en presas y embalses, convocado en forma virtual por la Asociación Mexicana de Ingeniería y Ciencias del Agua.
El funcionario público aseguró que en los países en desarrollo no hay cultura de mantenimiento y cuestionó quién interpreta el comportamiento de las presas. Reconoció que cuando hay sismos de gran intensidad no se revisan a fondo los daños a la infraestructura y hay una fuerte sedimentación en los embalses.
Defendió que a pesar de la controversia de que las presas desplazan a la gente, contaminan el área inundada y tienen costos promedio superiores al 30 por ciento de lo presupuestado, son “necesarias” para distribuir el agua de forma adecuada a la población. Indicó que en 1910 había 2 mil grandes presas en el mundo y en 2020 había 138 mil.
Señaló que la industria genera más presión, ya que en el agua contaminada que descarga van metales pesados y materia orgánica sin tratamiento. Sumado a ello, “muchos ríos en el país no reciben caudales ecológicos, lo cual ocasiona que haya cauces secos muchos meses al año, contaminados; la gente tira basura en ellos”.
Dijo que a pesar de que las personas saben del riesgo, viven al lado de los ríos. Además, 71 cuerpos de agua tienen algún grado de contaminación y 19 por ciento de los acuíferos están sobrexplotados. Hay sequías recurrentes en el país y el recurso se distribuye de agosto a septiembre, pero el resto del año se reduce.
En cuanto al panorama nacional, explicó que el abastecimiento de agua potable alcanza 15 por ciento del total, pero 40 por ciento se pierde por fugas y sólo otro tanto recibe tratamiento. Más de 50 por ciento se vierte en ríos y arroyos.
Apuntó que la Conagua construye la presa Santa María en Sinaloa; el vaso La Libertad en Nuevo León, para abastecer de agua a Monterrey, y se modifica en Jalisco El Zapotillo para enviar agua a Guadalajara.