Después de 530 años de la llegada de los europeos al continente americano, la lucha de los pueblos indígenas por sus territorios y su supervivencia continúa, en un entorno donde los “megaproyectos de muerte y la militarización son la nueva cara del colonialismo y el capitalismo”.
Aseguraron lo anterior los participantes en la marcha que ayer se realizó en el contexto de la Jornada de Lucha por la Autonomía y Resistencia de Nuestros Pueblos, en la cual enfatizaron: “no nos conquistaron. Existimos porque resistimos”.
Desde la mañana, el Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno (CNI-CIG), a los que pertenecen comunidades otomíes, triquis y de otras etnias, realizaron un foro en la Casa de los Pueblos y Comunidades Indígenas Samir Flores Soberanes, la antigua sede del Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI).
Ahí dejaron en claro que el “mal llamado descubrimiento de América” no es una efeméride de celebración, sino de protesta y resistencia.
María de Jesús Patricio, Marichuy, vocera del CIG, instó “a articular fuerzas entre las diversas luchas y movimientos para proteger los territorios y los recursos naturales ante los megaproyectos y la militarización”.
Luego de celebrar el segundo aniversario de la toma de INPI por la comunidad otomí residente en la Ciudad de México, acusó que el capitalismo le ha puesto precio a la tierra, el agua y a los territorios, y a causa de ello “buscan exterminar a nuestras comunidades”.
Por la tarde, el CNI encabezó una marcha que salió del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino, en la cual participaron también algunos de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, madres buscadoras, estudiantes de diversas universidades e integrantes de organizaciones civiles y sindicales.
En la caminata se escucharon diversas consignas, como “Cristóbal Colón no descubrió nada, América Latina fue robada y saqueada”, “Esta marcha no es de fiesta, es de lucha y protesta”, y “México no es cuartel, fuera Ejército de él”.
Aunque la convocatoria fue para una marcha pacífica, un pequeño grupo de jóvenes con el rostro cubierto hizo pintas contra la Guardia Nacional y el Ejército, rompió vidrios y vandalizó un establecimiento de comida rápida, sin que llegara a mayores. En Palacio Nacional trataron de remover algunas de las vallas metálicas y estallaron cohetones.
Durante el paso de la marcha por avenida Juárez y 5 de Mayo, la presencia de elementos policiacos molestó a algunos de los manifestantes, quienes encararon a los uniformados y trataron de evitar que siguieran el avance de la caminata.
Cerca de las 19 horas, el contingente llegó a la Plaza de la Constitución, cuya explanada está ocupada por la 22 Feria Internacional del Libro, por lo que el mitin se llevó a cabo frente a Palacio Nacional, que estaba resguardado por policías.
Además de representantes del CNI, tomó la palabra Melitón Ortega, de la Comisión de Padres y Madres de los 43 de Ayotzinapa, quien coincidió en que el proceso de colonización iniciado en 1492 continúa hoy con los proyectos que imponen las empresas extranjeras en México y el resto del continente, sin importar si los pueblos originarios se oponen a ello.
Señaló que el gobierno actual no ha hecho avances reales en el caso de investigación de Ayotzinapa, lo que lo vuelve “igual o muy parecido” al de Enrique Peña Nieto.
Estudiantes universitarios se sumaron al llamado a luchar contra “el militarismo y la guerra capitalista y patriarcal”, y exigieron que en vez de dar más recursos a las fuerzas armadas, ese dinero se destine al sector educativo.