Ciudad de México. Hace casi 30 años, Miguel Pérez dejó la sicología para dedicarse al mundo del transporte de carga como conductor. Ejerciendo esa profesión conoció a Miriam Ochoa, quien por entonces llevaba varios años como la primera mujer en el país que trabajaba en el transporte de materiales peligrosos. “Ella es médico y decidió dejar la profesión para seguir su pasión: los camiones”, contó en entrevista el realizador, quien ahora dirige el documental La Pipera, proyecto en el que su colega y amiga es la figura central.
“Me sorprendía que fuera la única mujer en un mundo completamente masculino, en una época en la que no se veía a las mujeres como ahora en tantos oficios ni dirigiendo empresas. Prácticamente en el mundo corporativo trabajaban como secretarias. En los oficios también era muy difícil verlas”, describió el documentalista.
Miguel Pérez ve en su colega a una persona de gran presencia, además de ser muy alta. “Quedé completamente enganchado a su historia y, bueno, pasó el tiempo. Ella siguió siendo durante muchos años la primera y única mujer trailera. A parte de ser la primera en manejar materiales y residuos peligrosos”, recordó.
Además, por la época en que Pérez y Ochoa se conocieron, en México las condiciones eran más complejas. La infraestructura del país era casi precaria, pues muchas de las carreteras por las que conducían eran vías angostas, de dos carriles. Los vehículos que empleaban no tenían comodidades, como aire acondicionado, ni medidas de seguridad, como bolsas de aire; por si fuera poco, los camiones eran duros, lo que hacía del trabajo algo muy físico. Miriam, además, transportaba ya gas, gasolina o diesel.
“Como bien dice ella, ‘son unas bombas de tiempo’”, abundó Pérez sobre el puesto de Ochoa. “Es un trabajo que requiere de muchas habilidades y conocimientos, sobre todo en químicos, y de muchas habilidades al volante”, detalló. Eso, sumado al contexto personal de su amiga, lo motivó a dirigir su primer documental y dedicárselo.
“Me pareció que la de Miriam es una historia para contarse, es hacer un tributo a esta primera mexicana que tuvo la valentía de decir: ‘lo quiero hacer’, a pesar de la negativa que recibió de la familia, porque se negaba rotundamente a que dejara la medicina, y menos para hacer una carrera como trailera”, contó el documentalista. “Por otro lado, meterse a un mundo que no la aceptaba, porque la veían como una intrusa”.
Con el tiempo, más mujeres se han ido integrando a la industria del autotransporte, lo que Miguel registró en Reinas de la 57, un libro de fotografías en el que, además de Miriam, otras siete mujeres dedicadas a operar tráileres narran sus vidas. Al desempeñar la misma actividad, el ahora documentalista considera que tiene una visión privilegiada del tema. “Conozco las necesidades de los traileros en general, pero también las de las mujeres, que son muy distintas. Y eso me ayudó cantidad, porque la aproximación que tuve con Miriam fue la de un colega que la entiende”, contó.
En ese ámbito, no sólo la protagonista de La Pipera ha padecido dificultades al ejercer una profesión muy demandante. “Todos tenemos nuestra parte complicada. Para muchos es dejar a la familia, la soledad; son muchas horas de estar en el camino abierto sin hablar, sin poder clavarte mucho en tus pensamientos, porque eso te distrae de lo que vienes haciendo. Y es un trabajo que requiere de mucha concentración, pues si algo no lo coordinas como debe ser, eso te lleva a tener un accidente. Vives poniendo en riesgo la vida de los demás, la propia”, precisó.
Otros padecimientos asociados a la profesión de trailero o camionero son los desvelos por las jornadas laborales extenuantes y estar expuesto a accidentes. “A nivel mundial, no solamente en México, es muy poco valorado. En la pandemia, Miriam todavía estaba trabajando. Y yo le decía: ‘no lo hagas, no te pongas en riesgo’. Y la respuesta de ella era: ‘es que nosotros no podemos parar, somos unas de las pocas industrias que no podemos parar, porque si no transporto la gasolina, la ambulancia no se mueve. Si no transporto el gas, deja de haber alimentos’”, rememoró.
Así que lo que ha mantenido a Miriam y a Miguel en ese trabajo es la satisfacción de saber que algo llegó a su destino gracias a su esfuerzo. “Es un trabajo muy bonito, pero a la vez muy ingrato”, admitió.
A pesar de eso, Pérez desearía seguir desempeñando su labor de documentalista y trailero. “A mí me gustaría combinar ambos, porque es muy difícil dejar los camiones cuando ya te atraparon, y siempre hay esta necesidad de regresar. Si los camiones me permitieran continuar como documentalista, pues ese sería mi escenario ideal y es el que estoy buscando”.
La Pipera se exhibirá en la edición número 17 del Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México (DocsMx), el 20 de octubre, en el Cine Lido del Centro Cultural Bella Época, y el día 21, en el Goethe-Institut Mexiko.