La violencia, el maltrato, la seguridad en sus casas, calles y parques, así como el que niñas, niños y adolescentes de la Ciudad de México y sus familias no se enfermen, son las principales preocupaciones de ese sector de la población.

De acuerdo con el reporte ¿Me Escuchas? 2022, elaborado por la Comisión de Derechos Humanos local (CDH) y el DIF nacional, el trato desigual es otro de los factores que preocupa a los menores con discapacidad múltiple y hablantes de lenguas indígenas.

A diferencia de las niñas y niños para quienes México significa cultura, convivencia, hogar y libertad, para los adolescentes es corrupción y para las infancias y adolescencias binarias es inseguridad y violencia.

En la presentación de resultados de la consulta nacional en la que participaron los menores de edad en la capital del país, la presidenta de la CDH, Nashieli Ramírez Hernández, informó que se entregarán al Congreso y a las autoridades competentes locales las conclusiones para generar políticas públicas en materia de infancia y adolescencia.

Dijo que los diputados deben actuar y atender desde su ámbito las inquietudes de los chicos, aunque a raíz de la consulta de infancias encerradas se promovieron talleres con la Secretaría de Educación Pública y se ha trabajado con modelos diferentes de crianza y convivencia.

“Hay muchísimo trabajo qué hacer en cuanto a la modificación de los estilos de crianza, donde hasta una nalgada está prohibida, porque tenemos una persistencia en la crianza que está muy cruzada por diferentes formas de maltrato, desde el físico hasta el sicológico.”

En la consulta, participaron 73 mil 546 niños y niñas de todas las alcaldías en la que con dibujos o cuestionarios externaron su preocupación por el maltrato a los animales.

Sin embargo, expresaron que lo que más los hace felices es jugar, aunque plantearon que tienen pocos lugares o tiempo para hacerlo, además de convivir con sus familias y amigos, y agregaron que con quien les gusta platicar es con su mamá.

Para los menores el interés más bajo de conversar lo tienen con el gobierno y sus vecinos, en tanto que los niños con alguna discapacidad comentaron que lo que más les gustaría es que sus maestros los escuchen.