El 21 de octubre autoridades del Gobierno de la Ciudad de México presentarán a las familias que resultaron afectadas por el derrumbe parcial de la vecindad ubicada en Justo Sierra 27, en el Centro Histórico, de la alcaldía Cuauhtémoc, la propuesta de demolición del viejo edificio que consta de planta baja y tres niveles donde vivían 132 personas.
De acuerdo con quienes residían en ese lugar, cuya parte trasera se desplomó en los últimos minutos del martes 4 de octubre, en el próximo encuentro se prevé que los representantes de la administración capitalina informen el nombre de la constructora, así como el calendario para el arranque de las obras e incluso el de finalización de las nuevas viviendas.
El pasado 7 de octubre las familia accedieron a firmar el acuerdo de desocupación, por lo que el inmueble permanece vacío con los sellos que colocó el personal de la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil de “alto riesgo”, como medida de prevención, además de la instalación de una valla que bloquea el acceso en la puerta principal.
A petición de los residentes, desde el viernes pasado dos policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana a bordo de una patrulla hacen guardia frente al inmueble para resguardar algunas pertenencias que tuvieron que dejar, además de evitar el ingreso de personas ajenas.
El Instituto de Vivienda de la Ciudad de México tiene considerada la edificación de 33 departamentos y cuatro locales comerciales, con lo que se beneficiará a 132 habitantes del inmueble expropiado en 2004 y que se encuentra catalogado con valor histórico y artístico de conservación patrimonial por parte del Instituto Nacional de Antropología e Historia y por el de Bellas Artes y Literatura; sin embargo, falta que ambas dependencias determinen si podrá preservarse la fachada.
Las autoridades capitalinas cuentan con un padrón de 41 edificios clasificados con alto riesgo en el primer cuadro de la ciudad, que al igual que el de Justo Sierra 27 están expropiados, como es el caso de Ecuador 116, pero de donde las familias se han negado a salir.